miércoles, 9 de diciembre de 2015

Capitulo 15: Sin remedio.


 



En el departamento del Crew, de nuevo todos trabajaban en sus respectivas computadoras, todos estaban menos Gabriel, quien había salido a comprar la comida, de nuevo Mariand había ido y de nuevo la dejaron entrar, ignorando lo que les había dicho la ves pasada su “líder”, muy tranquilos, ellos disfrutaban sin duda la compañía de Yuya ya que según ellos era linda y amable, completamente lo opuesto a Grey, la latina se encontraba en la habitación de Gabo, los demás en la sala, trabajando, en eso llego el moreno de estatura alta.


 



—¡Hey que pedo, ya traje la comida! —llego sonriendo y coloco la bolsa en la mesa de en medio.


—Ya era hora wey —dijo Federico dejando su laptop aun lado.

—Muero de hambre —se acercó Cristian.

—Buen, espera deja guardo esto —Comento concentrado Luis.

—Hace rato que termine mi trabajo, es turno de que coma —aclaro el Wero abriendo la bolsa, era comida china— G-gabo —lo llamo algo extrañado.


—¿Si? —contesto mientras revisaba el trabajo de Félix.


—¿Trajiste comida china?


—Ah, si hace tiempo no la compraba —sonriendo leve, se acercó a le mesa y  se sirvió.

—¿Wey, desde cuando te gusta la comida china? —le cuestiono su mejor amigo.

—Gabo ahora ¿Qué traes wey? —le pregunto Luis.

—Nada, no tengo nada.


—Ya que importa, tengo hambre —Federico se dispuso a degustar su plato.

—Es verdad —le dio la razón Cristian.

—Ah, Gabo, Yuya llego hace rato y está en tu cuarto. —le informo, Isra sin dejar de comer y Félix se les unió sentándose a un lado de este.


—¿¡Que!? —Les cuestiono algo enojado el moreno— Ya les había dicho que…


—Wey, también vivimos aquí y no hace nada malo, a nosotros nos cae bien, deberías de volver con ella o…


—Cállate Luis —dijo Gabriel molesto y se puso de pie pasando su mano en la cara como lavándola, fastidiado, se dirigió a su habitación, dejando a los demás comiendo.




La joven morena al ver que la puerta fue abierta por Gabo corrió directamente a abrazarlo.



—¡Ya llegaste mi amor!

—M-mariand suéltame —dijo sintiéndose asfixiado.

—Solo rio tontamente y se alejó tomándolo del brazo— Mira lo que te hice. —apunto a su pared.
—¿Q-que es eso? 


En la extensa pared había miles de fotos viejas de ellos dos, algunas repetidas, pegadas en la pared en forma de corazón, casi abarcaba la gran parte de este.


—¿Te gusto? Lo hice con todo mi amor, ¡feliz aniversario de 8 meses! —dijo sonriendo.

—¿Por qué haces esto?, ya no somos novios ya te lo dije.
—Pero yo te amo y no le perteneces a nadie, no eres novio de Grey ¿o si?
—N-no pero..

—Ahí está, yo tampoco tengo novio, estas igual que yo, ¿no crees que podríamos consolarnos mutuamente? —se acercó a él mirándolo fijamente pasando sus flacos y débiles brazos en su cuello.


—M-mariand, no debiste hacer esto, ahora vete —Serio.

—No. —declaro siendo testaruda.
—Soltó un suspiro con fastidio—Mira, si quieres podemos ser amigos, pero es todo, es todo lo que puedo ofrecerte de mí.

—¿Amigos? No, eres mi novio.

—No lo soy —dijo y la aparto—Y por favor quita eso de mi habitación, es muy cursi—Dijo viendo el corazón con repudio, tal vez al pensar, estudiar tanto a Grey, se estaba siendo ¿algo amargado? Quien sabe, dio media vuelta y se retiró.

—Tch , antes fue pan comido y ¿ahora? no creí que volver a conquistarlo fuera difícil —dijo cruzándose de brazos y comenzó a despegar su “sorpresa” enojada.





Pasaron los minutos y Mariand se fue del apartamento a petición de Gabo, los demás se sentían molestos con él, ya que a ellos si les caía bien, a excepción del Wero, el “Líder” estaba de pie en la sala mirando a todos con desaprobación.




—Enserio, no se les puede confiar nada —se cruzó de brazos.


—¿Y qué vas a hacer? —pregunto Federico divertido.

—No les pagare.
—¡¿Qué?! —gritaron todos en unísono.

Todos empezaron a discutir y a reclamar que no podía hacer eso, a Gabo se le ocurrió una locura, que quería hacer.


—De acuerdo, si les pagare.
—Ah, qué bueno. —aliviado Cristian.

—Menos mal —sentado en su computadora, Luis.


—Pero —siguió el moreno— Con una condición.


—¡¿Cuál?! —cuestionaron, de nuevo en unísono.


—Que me acompañen a llevarle a Grey, un mariachi —dijo divertido.

—¿Estás loco? —extrañado Federico.

—¿Hablas enserio? —pregunto Félix de pie.

—Olvídalo wey —aclaro Cristian.

—No suena mal —dijo el Wero y todos lo voltearon a ver extrañados y el noto sus miradas— Pues ¿Qué tiene de malo? Suena divertido.


—Yo hago lo que quieras —dijo Luis— Pero me pagas wey —apunto al “líder” con su dedo índice en modo amenaza


—Claro —afirmo Gabriel—Verán iremos a su casa y le llevaremos un mariachi, para felicitarla de que saco su libro, ya les había dicho anteriormente, además podemos grabarnos y subirlo a nuestro canal ¿Cómo ven? —froto sus manos ansioso.

—Creímos que ella te odiaba —lo miro Félix confundido.

—No, no creo —negó el moreno de barba corta.


—¿Mariachi? es una locura —protesto Luis— ¿Por qué ir a su casa a cantarle? Wey ¿es tu novia o que?.


—N-no —negó con su cabeza desviando la mirada—P-pero —volvió a verlos con una muy leve sonrisa— Sé que lo consiguió, quiero felicitarla.




Los miembros intercambiaron miradas y no les quedo de otra más que aceptar, Gabriel quería llevarle mariachi a su enamorada como sorpresa y así fue, todos se disfrazaron de mariachis, con sus sombreros, como buenos mexicanos, sin instrumentos pero eran tan gritones que no necesitaban eso, se fueron en el auto de Gabo, encamino a la casa de Grey, el creía tanto en ella que estaba seguro que habían aceptado su novela, ya eran las 4:00pm,por suerte la lluvia había terminado, la canadiense estaba ya en su casa encerrada en su habitación, al fin aseada y vestida, secaba su cabello con una toalla, se maquillaba un poco ya que más tarde iba a salir a comprar la cena, sus padres no estaban, puesto que estaban trabajando, y este era su día libre, al terminar se recostó en su cama, le dolía la cabeza, ¿Qué fue esa “confesión” repentina de German? No sabía si estaba siendo sincero, pero aun así, la había puesto en duda, tal vez Mariand lo rechazo y la está usando como segundo plato, o puede que realmente si le guste, ya conoce sus gustos, su forma de ser, él era como su primer “amigo”, total, no quería pensar en eso ahora, debajo de su cama saco su libreta gris, se fue hasta la última página, empezó a escribir lo que le había ocurrido, de algún modo quería desahogarse, no era bueno guardarse tanto coraje, mucho menos en ella siendo como es, y de nuevo y sin querer, recordó lo que paso en la editorial, frunció el ceño y lanzo su la libreta al suelo, con su mano izquierda vendada, llegándole un leve dolor muy molesto, por el fuerte golpe de karate que dio, aplico fuerza demás y no lo hizo tan correctamente, solo se la lastimo.



Todo lo que hizo, desvelarse por días, a revisar una y otra vez su trabajo, de no bañarse, apurarse, correr más de seis cuadras hasta llegar a la compañía, no sirvió de nada, Yuya o mejor dicho Mariand, se había encargado de hacerla quedar en ridículo, eso no se lo podía perdonar a nadie, esas palabras de: “Si no hubiera sido por el (Gabo) no estaría aquí”, no podía creer plenamente en las palabras de esa bruja, pero ¿Y si de verdad eran ciertas? Aun no confiaba plenamente en el Youtuber mexicano, quería hacerlo, pero por alguna razón le dolía, su ausencia en la escritura y concentración en su trabajo, al parecer era a causa del moreno y sin remedio aparente, eso la hacía enojar.
Pasaron los minutos y después llego el Crew, es auto negro se estaciono cercas de la casa y todos bajaron en silencio del vehículo.


—Esto en una tontería —Dijo Federico arrepintiéndose.
—Me aprietan los pantalones —se quejó Isra.

—Nos va correr de aquí —Aseguro Luis.


—Esta calle parece muerta —comento Cristian al ver las calles tan desoladas— Ni si quiera veo a ninguna chava guapa pasar por aquí.

—Cristian, no empieces —lo regaño Felix

—¡Shh! —exclamo Gabo poniendo su dedo índice en sus labios pidiendo que guardaran silencio y el Wero toco su hombro.


—Gabo —Hablo el Wero en voz baja—¿Cómo sabes que está aquí en la casa?

—Está aquí, ella descansa los sábados —confirmo ansioso.
—Estamos caminando a nuestra tumba —comento Fede.
—No digan eso, dejen de ser negativos ¿a qué mujer no le gusta que le traigan “gallo”? —les cuestiono entusiasmado su “líder”.
—A las que son mujeres, esta tipa no parece mujer —murmuro Luis a los demás y rieron.

—¿Qué dijeron? —les pregunto Gabo curioso.


—Ya, ya tranquilos —los calmo el Wero al terminar de colocar una cámara cercas de ahí que estaba grabando.


—¿Quién anda ahí?.


Se escuchó desde adentro de la casa una voz grabe y a la vez femenina, era Grey.



—Ah, es ella, ¡Grey! —Grito desde afuera el moreno de estatura alta—¡Esto es para ti!


—¿Qué? —se cuestionó la canadiense, desde adentro y salió de la casa asomándose desde la puerta de entrada viéndolos vestidos de mariachi y apunto de cantar— ¿P-pero que mier…?..


 —Les hizo una señal Gabo y empezaron a cantar: Pedro Fernández-"Amarte a la antigua" — ♪ ♫Hoy ya no se escriben cartas para enamorarse
hoy ya las flores no se ven
donde ah quedado aquel romance
ya no existen los poemas para conquistarse
ahora se mandan solo mails
ya nadie entrega chocolates
pero me niego a renovarme es mi manera
te lo confieso que quisiera..

Amarte a la antigua
robarte sonrisas
tomarte la mano
abrirte la puerta
escribirte poesias
amar como antes.. ♪ ♫  —se escuchaban las voces de los seis jóvenes en especial la del "Líder" y de vez en cuando gritos escandalosos.


—Muriéndose de la vergüenza, la chica salió de la casa azotando la puerta— ¡BASTA! —grito con todas sus fuerzas.
—Se detuvieron y Gabriel algo extrañado se acerco— No te enojes Grey, esto es para celebrar tu logro —se acomodó su sombrero.

—Gabriel —lo llamo el Wero— Creo que no está de humor — le murmuro al oído.


—¿Logro? ¡JA! ¿Logro, cuál? ¡Lo único que me paso fue que me lastimaron mi orgullo y mi dignidad! —Grito molesta— No sé qué hacen estos aquí si me odian —se cruzó de brazos.


—Wero —se acercó Isra murmurándole al oído— Apaga la cámara —este obedeció.


—¿Están grabando esto? —Les cuestiono molesta la chica—¡Ah, ya entendí, lo están grabando para después enseñárselo a la puta de Mariand y reírse de mí, ¿verdad? todo esto está planeado! —pelo los ojos por uno instantes, una pequeña vena apareció por su frente del coraje.
 


—Rio tontamente Gabo—¿De qué hablas? Sé que publicaras tu libro,asi que queria felicitarte y... —de su mochila saco un ramo de rosas rojas, entregándoselas en la manos—E-espero mi "respuesta" —la miro.


—Federico quería morirse de la risa pero Luis le dio un codazo.


—¡¿Serás idiota?! —Grey sonrojada hasta las orejas,sin pensar, con el ramo en sus manos lo tomo de un solo brazo y con él le dio una especie de bofetada.


—El moreno recibió el golpe duro de las rosas, fue tan duro, hizo que su sombrero se callera, su rostro apenas curado de la anterior pelea que tuvo ahora tenía varias cortadas pequeñas, gracias a las espinas de las rosas.


 


Todos guardaron silencio, se quitaron los sombreros serios, sin necesidad de leer las mentes de sus compañeros pensaron “Que cruel” y si tal vez lo fue, pero nunca debes molestar a un “gato cuando está molesto”, Gabriel algo asustado veía el rostro de la joven lleno de ira y a la vez de dolor, los pétalos rojos de las rosas se esparcieron en el ambiente, siendo movidas por el viento que hacía, poco a poco los pétalos rojizos cayeron encima de ellos, sobretodo de ellos dos.



—¡No publicare nada, Yuya si, sé que se pusieron de acuerdo para burlarse de mí, pues bien lo lograron, me dieron, de los lugares donde más me duele: mi orgullo, mi sueño lo hicieron mierda!


—¡Espera ,eso no es verdad, yo me puse de acuerdo con Grupo planeta porque quería, quería que cumplieras tu sueño, y-yo solo quería…—se le acorto la voz, era obvio que quería llorar—Yo solo quería verte sonreír de nuevo!



Algunos del Crew regresaron al auto, los que quedaron solo observando, fueron Luis y el Wero.



—Grey, tiro el ramo destrozado en suelo—¡Pues no lo conseguiste, lo único que haces es invadir mi mente y por tu culpa no puedo escribir, mi pasión está perdida y …—bajo la mirada y lo volvió a mirar a los ojos—Entraste a mi vida sin permiso e invadiste mi corazón, ¡te odio!


—¿Q-qué? —abrió sus ojos como plato >>¿Su corazón?<<. —¿Me odias, porque?.


—¡Por lo que me haces sentir idiota y yo no quería sentir ¿si?,asi que MUCHAS GRACIAS! —pronuncio con sarcasmo.


—Tranquila yo.. —riéndose un poco.

—¿Qué es tan gracioso,te da risa? —Se calmó un poco y modero su voz— He conocido a muchos idiotas como tú.
—¿Como,yo idiota? —se borró su sonrisa y abrió sus ojos impresionado.
—Cállate,¿Me traes mariachi? qué tontería, no soy tu novia..
—Pero..
—Ni tu amiga —se incorporó y lo miro muy seria—Haces tantas cosas por mí, te pregunto ahora ¿Qué hay entre nosotros? Que sin querer siempre me encuentro contigo y tú, no dejas de buscarme y tratar de conversar conmigo.

—¿Qué, que somos? —bajo la mirada algo nervioso sin saber que decir—Ah..


—¿Ves? Nosotros, no somos nada —mirándolo muy cercas.

—Al menos deja que te expl..- —lo interrumpió.


 —¡Largo de mi vista, no te quiero ver nunca más, Gabriel Montiel! —se cruzó de brazos y se regresó a la casa cerrando la puerta con llave.





Tan tenso era el ambiente que se podía tocar, justo al instante comenzó a llover, esto parecía una escena sacada de una película, Luis trago saliva y miraba el suelo viendo como los pétalos eran llevados por el agua para luego ver de nuevo al frente, Ricardo se acercó a su mejor amigo quien miraba el suelo dejándose mojar por la lluvia.



—Gabriel, ¿estás bien? —le toco el hombro preocupado.


—Ni siquiera, dejo que le explicara las cosas —sus labios temblaban por el frio que estaba haciendo, su oscuro cabello de frente, casi cubría sus ojos los cuales estaban cristalinos >>Ademas...esperaba almenos una respuesta<<.



—Mejor vámonos wey, te vas a resfriar —le palmeo la espalda y se retiró al auto y Luis lo imito.


El moreno miraba la casa como si fuera lo más interesante del mundo, sin fijarse a un lado tenían plantado un árbol de Arce grande, sus ramas se mecían en el helado viento, una hoja de este árbol callo justo a sus pies empezando a mojarse, la recogió y mirándola bien se dio cuenta de que era la hoja que usaban como escudo en la bandera de Canadá, era curioso ya que ella provenía de esas tierras, soltó un pesado suspiro, guardo la hoja dentro de su camisa y dio media vuelta, dándole la espalda a la casa, se encamino al auto, desde la ventana de arriba Grey veía como se iba, su corazón no dejaba de latir, tal vez se había pasado con él, si había algo que le impresionaba de él, era su fuerte perseverancia,sabia que no le habia respondido tras su confesion,por alguna extraña razon,no podia,almenos,aun no, apenas se estaba dando cuenta de lo que sentía por él, una sensación que le molestaba pero le gustaba al mismo tiempo, ha pasado con el momentos dulces y a la vez amargos,si,es amor y ¿Acaso este era el sabor de la vida? Tan agridulce.


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Por otro lado, encaminándose a casa, el moreno manejaba muy serio, llevando la hoja de arce adentro de su camisa, sin querer la había puesto sobre su pecho en donde estaba su corazón, la hoja esta mojada por la lluvia y fría, como si la rubia se había encargado de tocarla y dejarla así, como la misma lluvia, quizás ya no se atrevería de ir a su casa de nuevo, después de que la chica ha dejado claro que no vuelva aparecer ante sus azulados ojos, se llevaría esa hoja naranja como recuerdo, Gabriel pensaba, al saber que se estaba alejando de la casa de la canadiense.


—>>Creí que yo era el único molesto por esto, que sentí desde un inicio, me fui acostumbrando con el paso del tiempo, al punto de que he hecho  tantas locuras, tantos errores, un gran error fue cuando le pedí a Mariand que fuera mi novia, ahora que la deje, no  me quiere dejar ir y claro, la locura más grande que me ha pasado fue que, sin remedio alguno, me enamore de ti, Grey<<.


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