viernes, 8 de enero de 2016

Capitulo 16: Cuando dices...


 
 
 
 
 
Ya eran las 11:45 pm, el cielo se había teñido de azul marino, tapizado de estrellas acompañadas con la tenue luz de la luna, en el departamento del Crew había mucho silencio, todos los integrantes se habían ido a dormir, puesto que mañana tendrían un día de mucho trabajo, solo en la cocina, sentados  y recargando sus codos en una pequeña barra de madera parecida a la de los bares pero más pequeña, iluminados solo con las dos luces del techo de la cocina, se encontraban Gabo y su mejor amigo “Wero”,ya vestidos con su ropa habitual, bebían unas cervezas, Ricardo sabía que su amigo no estaba bien, sus ojos estaban tan distantes, sus labios estuvieron cerrados por muchas horas después de lo ocurrido y apenas se movía, hubo un silencio incomodo, por lo que Ricardo empezó a hablar.

 


—Gabo —le toco el hombro— Dime algo, me preocupas, no has dicho nada en un buen rato ¿estás bien?

 

—N-no —contesto con voz entrecortada y recordando las palabras de la canadiense.

 

.

 

—Entraste a mi vida sin permiso e invadiste mi corazón, ¡te odio!

 

—¿Q-qué? —abrió sus ojos como plato >>¿Su corazón?<<. —¿Me odias, porque?.

 

—¡Por lo que me haces sentir idiota y yo no quería sentir ¿sí?, así que MUCHAS GRACIAS! —pronuncio con sarcasmo.

 

—Tranquila yo.. —riéndose un poco.

 

—¿Qué es tan gracioso, te da risa? —Se calmó un poco y modero su voz— He conocido a muchos idiotas como tú.

 

—¿Como, yo idiota? —se borró su sonrisa y abrió sus ojos impresionado.

 

—Cállate, ¿Me traes mariachi? qué tontería, no soy tu novia..

 

—Pero..

 

—Ni tu amiga —se incorporó y lo miro muy seria—Haces tantas cosas por mí, te pregunto ahora ¿Qué hay entre nosotros? Que sin querer siempre me encuentro contigo y tú, no dejas de buscarme y tratar de conversar conmigo.

 

—¿Qué, que somos? —bajo la mirada algo nervioso sin saber que decir—Ah..

 

—¿Ves? Nosotros, no somos nada —mirándolo muy cercas.

 

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—>>Grey, cuando dices “Gracias”, por alguna razón duele<< pensó Gabo, en sus adentros tocando un poco su pecho.

 

—Escucha .. —Continuo Ricardo— Sé que estas triste por lo que paso pero, es que creo que no estaba de humor para eso que hiciste, digo Yuya le robo su sueño, eso está mal y..

 

—No, Yuya no es capaz de hacer eso, simplemente —con sus ojos cristalinos, recargaba su frente con una mano mirando cabizbajo—Ella me odia —trago saliva.

 

—No, no creo —contradijo el Wero— Es que Grey es muy temperamental, demasiado pero, creo que por un momento vi que te miraba diferente.

 

—¿Diferente? —se giró a verlo sin dejar su posición interesado en las palabras del joven de tez blanca.

 

—Si, como conmovida pero a la vez enojada, algo así, créeme que de las novias que has tenido, o las que te gustaban, todas te miraban, pues normal, como fácilmente entregadas y con alegría, pero ella…

 

—Ella me mira muy diferente ¿no? —peino su cabello negro hacia atrás mirando ahora el vaso de vidrio lleno de la bebida alcohólica—T-te juro, que nunca había conocido a alguien como ella, a veces es dulce y a veces es fría conmigo, ¿Por qué? Si yo, fui el que se ha entregado desde un inicio, y siempre la he tratado bien, cada vez que logro acercarme más a ella, ¡se aleja de mí! —golpeo la barra de madera con su puño, enojado, empezando a derramar lágrimas.

 

—T-tranquilo amigo, Gabo.. —lo llamo pero este no le respondió, comenzó a llorar en silencio.

 

—M-maldicion..—Pronuncio el moreno con voz entrecortada, cubriéndose la cara con una mano para luego girarse a verlo serio— ¿Tú crees que sea mejor o-olvidarla?

 

—Bueno, si crees que es lo mejor, podrías ahora tu alejarte de ella ¿no?.

 

—Bajo la mirada y guardo silencio.

 

—Ya, ya —le palmeo la espalda—¿Q-qué tal si cambiamos de tema? V-veras, hoy en la mañana me llamo nuestro manager, y dijo que una compañía nos va a pagar dos mil pesos por anunciar un producto ¿qué te parece?.

 

—¿Qué? —le cuestiono, alzando su cabeza mirándolo, limpiándose el resto de lágrimas con sus manos.

 

—Sí, lo que oíste, ¿Qué te parece, mañana se lo confirmamos?

 

—Tomo el vaso y le dio un largo trago a su bebida para después dejarlo a un lado junto con la botella—No, pues va, mañana vamos ¿no? —se incorporó y parecía seguro.

 

—¡Sí! —le afirmo el Wero para tratar de animarlo.

 

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Después, ya había pasado una semana de lo ocurrido en ese periodo su padre por fin le había dicho quien había acordado su cita con la editorial, pero era demasiado tarde, ella estaba convencida de que lo que paso ahí fue planeado, durante las noches, Grey, no podía dormir, lo único que hacía en su cama era cambiar de posición, pero por más que trataba de conciliar el sueño no podía, ¿habría sido muy fría y cruel con él? A veces se arrepentía de ser tan impulsiva, lo que él hizo no tenía nada de malo, pero eso sí, no podía dejar de creer que él y Mariand habían planeado eso que pasó en la editorial, ¿o fue su culpa por reaccionar violentamente con los editores? Por lo pronto recibió un buen regaño de sus padres, cosa que ya se esperaba, la dejaron sin laptop, sin ver anime, sin escuchar música y sin jugar video juegos, escribir no, eso el moreno ya se había encargado en bloquearlo de su mente, sentía que el mundo estaba en su contra, solo se tenía a ella, su única aliada era ella, o al menos eso creía, ¿Por qué él era diferente a ella? Él era hombre y ella mujer, desde ahí, sabía que no se iban a comprender tan fácilmente, pero al mismo tiempo tenía la sensación de que con él, ese hueco que sentía, se llenaba, como, si el realmente fuera su complemento, ¿será verdad?, hasta ahora la confesión del Youtuber mexicano no se la ha contestado, ni tampoco la de German, que de este último, no ha sabido nada y ni ha dado señales de vida, está desaparecido.

 

En la mañana, a las 6:00 am, su padre la levanto, para llevarla a su entrenamiento de todos los días, después de dos horas, seguido fueron al gimnasio, durante el almuerzo en una oficina, su padre la noto extraña, mas callada, melancólica y mal arreglada de lo normal.

 

 

 

 

 

—¿Qué tienes? —le cuestiono directamente el adulto rubio, sentado mirándola de frente.

 

—Nada —contesto molesta solo jugando con su comida.

 

—Dime —le ordeno.

 

—¡No tengo nada! —grito histérica­.

 

—¿Qué chingados tienes? ¡Grey Martin, a mí no me alces la voz! —lanzo el vaso de vidrio a la pared, rompiéndose en mil pedazos. .

 

—Sin inmutarse respondió mirándolo con desdén—No dormí bien.

 

—Te he dicho que no gastes todas tus energías en el entrenamiento, guarda un poco para las clases—Comento terminando de comer, se puso de pie y se acercó a ella tomándola del brazo —Y por favor come más proteína, tus brazos ya están muy delgados y yo no quiero que mi única hija sea una debilucha.

 

—Sí , si —desvió la mirada con fastidio.

 

—Por cierto —la soltó— ¿Cuándo el chico te terminara de pagar el daño de nuestro auto?, necesito el dinero, ve y dile que te dé todo, de una vez.

 

—Ah —recordó algo sorprendida— P-pues, él dijo que iba a enviarlo y además no me siento, bien.

 

—No me importa, ve a su casa hoy mismo y exígele que te de lo que falta, que sea un hombre de palabra y que cumpla.

 

—¿P-pero y las clases?

 

—Yo las daré, no te preocupes, ahora si veré quien realmente quiere aprender y no los que solo vienen a verte, así que vete halla ahora mismo.

 

—Tch —>>Mierda, supongo que..no tengo opción<<— De acuerdo.

 

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Siendo obediente, se dirigió al departamento del W2MCrew, durante el camino pensaba regresarse, pero su padre era capaz de golpearla por no hacer lo que le pidió, no tenia de otra, eso o ¿solo era una excusa porque en realidad si quería verlo? En su cabeza se repetía: “No”, pero sabemos lo contradictoria que es.

 

Al llegar al lugar, miraba las afueras del departamento color arena, la entrada estaba abierta, aproximándose ahora a la puerta principal soltó un suspiro cerrando por un momento sus ojos.

 

 

 

 

 

—>>S-solo vengo por el dinero, solo por el dinero, solo por el dinero,…¡ah, mierda, ¿Por qué estoy tan nerviosa? << abrió sus ojos y toco el timbre, esperando a que alguien atendiera.

 

 

 

 

 

De afuera donde la chica esperaba, se escuchaban gritos de adentro y una que otra risa, al parecer los chicos estaban grabando algo, pasaron los minutos y nadie respondía al timbre, la rubia frunció el ceño y de nuevo volvió a tocar el timbre varias veces de una formas más violenta, nada, de nuevo volvió a tocar pero esta vez con su puño.

 

 

 

 

—¿Quién es, un cobrador? —comento Fede sentado enfrente de la cámara de grabación, marca “Canon”, junto con Cristian, ambos detrás del característico librero.

 

—¿Alguien encargo una puta? —dijo Cristian de broma y los demás rieron, igual nadie se movía de su lugar.

 

—¡Abran la maldita puerta! —grito efusivamente y con ira la rubia desde el otro lado de la pared, aun con las ventanas cerradas y la puerta, se pudo escuchar su grave y femenina voz a los cuatro vientos.

 

—¡Ah no mames es Grey wey, todos al suelo! —grito un poco Félix fingiendo miedo y los demás rieron de nuevo.

 

—Llego el Wero desde la cocina, al parecer sirviéndose agua, se regresó a la sala principal, al escuchar tal alboroto—¿Qué ocurre chicos?

 

—No, nada, la güera loca, está afuera y quiere entrar —dijo Luis riendo.

 

—¿Q-qué? —Se cuestionó algo sorprendido Ricardo colocando su mirada en la puerta —>>Creí que, no volvería a aquí, ¿será que vino por….Gabriel?<< Pensó algo curioso, quería averiguarlo, no podía quedarse con la duda, se aproximó a la puerta dispuesto a abrirle.

 

—¡Hey ¿qué haces wey?,no la dejes entrar! —dijo Isra molesto sentado desde el sillón marrón.

 

—¡Si es verdad!

 

—¡No mames wero!

 

 

Se escuchaban comentarios así de todos, Ricardo se giró a verlos

 

 

 

—¿Enserio, van a dejarla a afuera?

 

—Sí, ahí déjala, como los gatos, de la calle —rio divertido Federico.

 

—¡Los estoy escuchando! —grito desde afuera la canadiense.

 

—¿Y luego que güerita? —la reto Federico desde el otro lado de la puerta.

 

—Ya Fede —lo calmo el wero tomándolo de los hombros y apartándolo de la puerta.

 

 

 

De pronto se escuchó como la puerta sufrió  una pequeña abertura, en medio, un rasguño muy profundo, algunos se exaltaron y otros gritaron: ¡No mames!, así es, Grey había pateado la puerta.

 

 

—¡Su “líder” me debe dinero, déjenme entrar, tengo que hablar con él!

 

—Ricardo corrió a la puerta dañada y la abrió, la chica estaba algo eufórica, dio pasos firmes y derechos hacia los demás y los miraba con coraje.

 

Algunos se fueron atrás de Luis y los demás quedaron callados.

 

—Ricardo toco a la única chica del hombro y dijo— G-grey tranquila, emm, mira Gabo no está, fue a comprar algunas cosas que necesitábamos para el video y..

 

—No le des tantas explicaciones wey —dijo Luis acercándose algo serio— Mira Gabo no está, así que espéralo, mientras lo espera yo me voy —se retiró pasando a un lado del wero, susurrándole al oído “No la quiero ver” y continuo, hasta irse a las escaleras.

 

—¿Qué carajos dijiste de mí? —le pregunto amenazante la chica queriéndolo empujar pero Ricardo se atravesó.

 

—Miren chicos m-mejor váyanse ¿sí? al rato volvemos a grabar las escenas que nos faltan—Les recomendó Ricardo a todos, puesto que la mayoría no les agradaba la chica.

 

 

 

Todos  hicieron caso restándole importancia, se fueron a sus respectivas habitaciones, quedando solo Grey y Ricardo sentados en un sofá, la rubia estaba demasiado seria, tranquilizándose, sentada con las piernas cerradas, mirándose el pantalón de mezclilla roto y sus botas negras, el chico con el quien compartía mismo color de piel, fue el que inicio la conversación.

 

 

 

—Creo que si hace tiempo, me dijo que te debía dinero, y al parecer ya casi te termina de pagar ¿no?

 

—Sí.

 

—Sabes que a mis amigos no les agradas ¿verdad? Así que entenderás su comportamiento hacia ti.

 

—Descuida —fijo su mirada al frente— Estoy acostumbrada a que todo mundo me odie.

 

—No digas eso, ellos no te odian, solo, s-solo no te comprenden —trato de confortar.

 

—Me odian y está bien que no finjan que les agrado, odio la hipocresía.

 

—Ah, pues está bien pero…

 

—Ricardo.

 

—¿Si?

 

—Vine aquí porque mi padre, exigió que me termine de pagar, pero —apretó sus manos en puño—N-no sé, si después de lo que hice, p-pueda verlo a la cara. —trago saliva.

 

—Bueno, estabas enojada, es comprensible, es que Gabriel estaba seguro de que ibas a publicar tu libro y..actuó muy impulsivamente, que, de hecho es raro que haga eso, el no actúa antes de pensar.

 

—E-eso ya, no importa —se abrazó así misma— Tengo que verlo pero no quiero, y aunque bien puedo retirarme ahora, no me puedo mover —temblaba un poco.

 

—Tranquila —la calmo el wero— ¿Quieres un poco de Te’?

 

—Sí, gracias —asintió con la cabeza.

 

—El chico se retiró del sofá en dirección a la cocina.

 

—La chica se puso de pie y paso su azulada mirada al enorme librero que estaba atrás de ella, inevitablemente puesto que estaba lleno de libros, adornos, figuritas y letreros con mensajes de humor negro.

 

 

 

Caminaba observándolo detalladamente el mueble de madera, pasando su pálida y pequeña mano por los bordes de este, encontrando un letrero de una persona haciendo del baño en una taza con la frase “Caga feliz, caga contento, pero cabrón caga adentro”, soltó una muy ligera risita, le pareció gracioso, continuo viendo, hasta que sus dedos tocaron un pequeño marco de color negro, algo curiosa lo tomo en sus manos y lo vio bien, era una hoja de arce enmarcada junto con algo escrito, leyó, era la nota que le había dejado a Gabriel cuando lo dejo vendado y dormido en la noche, >>¿Q-qué, acaso esto no lo tomo el como una “respuesta”? y ¿qué hace con esto enmarcado?<< tenía muchas preguntas sobre eso, pero lo que  más le impresiona es que el joven lo halla guardado y hasta enmarcado a su vista ,¿Qué pretendía, tenerlo como exhibición?, pensó y pensó, >>Quizás, como yo le grite que no quería volver a verlo, él tiene esto para…para ¿recordarme? N-no, no creo, seguramente lo tiene para tener razones de odiarme, ya que en esa nota yo.. << —abrió sus ojos sorprendida y sin controlar sus acciones se regresó a sentarse en el sofá y abrazo el marco de fotos en su pecho, mirando al suelo, su corazón se estaba acelerando y sus ojos estaban cristalinos, tantas emociones, no podía con ella, esto era demasiado.

 

 

 

 

 

—¿Qué ocurre? —Le pregunto Ricardo regresando con una taza con té caliente dejándolo a un lado y sentándose a un lado de ella— Oh.. —apunto el marco—E-eso es de….

 

—¿De Gabriel verdad?

 

—Si

 

—¿Y te preguntas porque lo sostengo?

 

—E-exacto.

 

—E-eso mismo quiero saber yo —sus azulados ojos cristalinos se llenaron de lágrimas que jamás saldrían, suspiraba algo alterada y se giró a verlo fijamente— ¿Crees que estoy loca verdad?

 

—N-no, solo me sorprende que estés así, Grey, tu realmente lo…—fue interrumpido ya que la puerta de entrada fue abierta.

 

—¡Ya llegue! —grito el moreno, llegando con una sudadera y su cabeza cubierta por la capucha.

 

—¡Ah, wey, que pronto llegaste! —Dijo Ricardo atravesándose enfrente del joven alto—¿Está lloviendo?

 

—Sí, me tomo la lluvia por sorpresa, lo bueno es que no había tráfico —se pasó más enfrente dejándolo a un lado.

 

—La rubia sobresalto y se limpió los ojos con la manga de su sudadera negra para ya ver claramente y corrió al librero a dejar el marco de fotos  pero antes de dejarlo en su lugar….

 

—El moreno abrió sus pequeños ojos algo sorprendido, dejando la bolsa de lo que compro aun lado, se dio cuenta que era ella— Grey —la  llamo incorporándose, su voz se escuchaba  diferente.

 

—La chica soltó un suspiro y dejo el cuadro en su lugar sin voltearse ni responder.

 

—¿Se te perdió algo? —continuo el moreno cuestionándola mientras se quitaba su sudadera con capucha, quedando solo con una camiseta de manga larga gris.

 

—No respondió.

 

—Gabo —lo llamo su amigo.

 

—¿Qué hace ella aquí? —le pregunto Gabriel a Ricardo, serio.

 

—Ah, veras ella, hace minutos llego pero los demás no la querían dejar entrar yo les decía que no podían dejarla afuera, tenían que averiguar primero que quería y —lo interrumpió haciéndole una señal con la mano al parecer ignorándolo, demasiada explicación innecesaria, y avanzo a paso tranquilo, colocando sus manos en los bolsillo de su pantalón, se colocó atrás de la chica pero con una distancia considerable.

 

—Ricardo solo se alejó y guardo silencio nervioso observando.

 

—Gabo miraba desde abajo, a la rubia de baja estatura, esperando su respuesta —¿No vas a contestar?

 

—Se sentía nerviosa, esa vibra que provenía de él, no era la usual, hasta parecía, que adentro del lugar hacia frio, da igual tenía que decir algo— Y-yo..yo vine —se giró al fin a verlo de frente —Yo vine a que me, pagaras lo que me debes de los daños de mi auto.

 

—¿Es todo? —alzo una ceja.

 

—Mi padre me mando y, y no creas que soy una muerta de hambre, s-solo cumple lo que —tartamudeaba y sentía mucho bochorno en sus mejillas— Lo que prometiste, así que se un hombre y cumple tu palabra.

 

—Lo hare —afirmo seguro y saco su cartera.

 

—El Wero se alejaba cada vez mas de ellos aproximándose a las escaleras que eran para subir al segundo piso, tratando de no hacer ruido, cuando vio que Fede e Isra estaban asomándose desde ahí, viendo la escena.

 

—¿Qué hacen? —les cuestiono Ricardo sorprendido y en una voz muy baja.

 

—¡Shh! Te van a escuchar —lo regaño en voz baja Isra.

 

—¿Como que, qué hacemos? —Dijo Fede en un tono casi inaudible— Estamos viendo la novela —concluyo sonando como burla.

 

—El wero soltó una risita y negando con su cabeza subió las escaleras retirándose.

 

.

 

Gabriel de su cartera saco dinero y lo coloco en la pequeña mesa de la sala enfrente de ella y dijo.

 

 

—Aquí esta, es lo último que te debía, así que..

 

—Sí, ya se, ya, ya no me debes nada —desvió la mirada y tomo el dinero guardándolo en el bolsillo de su pantalón—Por cierto —lo miro para luego girar su cabeza al librero fijando sus ojos en ese marco— Ese marco..

—La imito— ¿Eso?

—Si, por que lo tienes, la carta y..

 

—Ah..p-por que..

 

—¿Significa algo para ti? —lo miro la rubia con sus ojos algo brillosos llenos de esperanza.

 

—soltó una risa nerviosa— C-claro que no, s-solo, de hecho había olvidado que estaba ahí, no sé qué hace aquí —se aproximó al librero y tomo el marco de fotos en sus manos viéndolo —Esto…no significa nada —relajo sus facciones y sus ojos se oscurecieron, acto seguido, lanzo el marco negro a un bote de basura cercas de ahí.

 

—>>¿Pero qué mierd..por qué hiciste eso?<< Se tocó el pecho mirándolo confundida y a la vez triste.

 

—Gracias —pronuncio con voz tranquila y firme.

 

—¿Eh, p-por qué? —Abrió sus ojos como plato.




—Por no haberme respondido mi confesión, creo que —suspiro profundamente— Me ha quedado claro, que tu no quieres estar conmigo en ningún aspecto, de tantos golpes e insultos, he entendido bien —la miro a los ojos y le sonrió leve— Así que gracias.

 

—N-no comprendo —dijo nerviosa.

 

—No tienes que — la tomo del brazo y la dirigió a la puerta de salida.

 

—¿P-pero porque me agradeces así? ¿p-por qué actúas tan raro? —dijo algo confundida ya de pie en la puerta de salida lo miraba y con sus manos tomo las mejillas del Youtuber mirándolo a los ojos con profundidad,>>Tus ojos, ya no brillan, parecen nublados, sin vida…¿Quién eres?<< pensó— Escucha, yo no te odio, solo….

 

—Solo no quieres verme lo sé y sé que, tampoco quieres darme tu amor, es como tu dijiste, no hay nada entre nosotros —le aparto las manos de su poco atractivo rostro con frialdad.

 

—Gabriel….—abrió sus ojos como plato.

 

—Yo entiendo, no soy tu tipo ¿verdad? no se de anime, no conozco bien la comida oriental, cuando hablas de libros, novelas y ficción no comprendo bien de lo que tratas de decir, no soy guapo, ni si quiera soy capaz de sacarte una sonrisa, lo mejor será que, me aleje y te deje en paz —desvió la mirada y sus ojos querían soltar lágrimas.

 

—¿Y-y tu como sabes que no eres mi tipo? no me, no me conoces del todo bien —desvió la mirada nerviosa.

 

—Si es así, ¿por qué no me respondes?. —pregunto sin dejar de mirarla.

 

 

 

Atrás de ellos estaba todo el Crew viendo todo, bien atentos, hasta Félix estaba comiendo unas palomitas, parecía realmente que veían la escena de una novela, o película, físicamente ese par parecían como “La bella y la bestia”.

 

 

—No es que no quiera contestarte —le hablo Grey mirándolo conmovida, tan solo al ver esos pequeños ojos Marrones cristalinos, la hacían sentir dócil—E-es que no puedo—dijo con un nudo en su garganta.

 

—Ahora —siguió hablando Gabo incorporándose y con un rostro sereno— Tengo trabajo que hacer, así que…—le dio la espalda y vio que todos estaban detrás de él y se fueron corriendo a las escaleras, el moreno solo soltó un suspiro.

 

—Nunca lo había visto así de frío y distante con ella, esto era nuevo, inesperado, y la hacía sentir mal, la chica frunció el ceño y dijo— Bien, sigue con tu trabajo, después de todo ya terminaste de pagarme, así que, no, no tenemos ya que relacionarnos en nada ¿no es así? .

 

—Correcto —contesto aun dándole la espalda, no soportaba verla, le dolía más.

 

—Te recuerdo, que no quiero que Mariand vuelva a molestarme, no quiero problemas.

 

—No estoy seguro que es lo que te ha hecho pero, yo, tratare de hablar con ella.

 

—Con ella no se puede hablar…>>Así que sigue sin creer, sobre lo  que esa perra hizo ¿verdad? ¡Ja!<< —Sé qué..no me crees, de lo que pienso de ella, es porque… eres un idiota—dio media vuelta y sin mirar atrás salió atravesando la puerta de entrada dando lentos pasos hacia la calle peatonal, la puerta fue cerrada, escuchando el sonido del seguro, cerro sus ojos y se fue corriendo alejándose cada vez más del lugar.

 

—Gabriel sintiendo sus piernas débiles, se sentó en el sillón que estaba más cercas de la entrada y con sus manos “lavo” su cara algo estresado, pero ya no quería llorar, al menos no ahora, lo sentía inútil, se sentía pésimo.

 

De rato llegaron sus compañeros bajando las escaleras, de pie, algo serios.

 

 

—¿Estas bien wey? —le pregunto Luis y los demás guardaron silencio.

 

—V-vamos…—hablo el “Líder” levantándose del sillón y mirándolos seguro— Vamos a continuar con la grabación.

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Grey por su parte ya casi llegaba a la parada del camión, no dejaba de llover y aun que no estaba haciendo mucho frío, sentía el triple de frio, temblaba, sobretodo sus manos , ya sentada en la banquilla de espera del transporte con techo, analizaba sus palabras, su comportamiento, ¿acaso así es como él se sentía cuando ella actuaba fría con él? Ahora lo podía entender.

 

 

—Creo que, he sido muy mala contigo ¿verdad? —dijo en voz baja muy seria >>Pero cuando me dijiste “Gracias”, por alguna razón, me dolió<< toco su pecho con una mano y se quedó mirando al cielo tornado de gris y esas gotas cristalinas que caían y parecían no tener fin.

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¿Acaso alejarse, era lo mejor para los dos?

 

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