sábado, 11 de junio de 2016

Volver a vivir (parte 1):


1.   

 
 
 
 
 
1.    Recordar, según los diccionarios; Traer a la memoria propia algo percibido, aprendido o conocido, o retener algo en la mente.

¿Que era para Willy Wonka recordar? Para el, era tener presente lo vivido, y así es, el tenia recuerdos tanto hermosos como tristes, a veces uno quisiera que la persona tenga solo recuerdos felices pero lamentablemente no es así, para el Sr.Wonka, todos los recuerdos de su infancia eran tristes y duros, puesto que su infancia siempre estuvo llena de reglas, restricciones y prohibiciones, esto hizo que adoptara una personalidad rebelde ante las personas de autoridad, como lo son los Padres en sí, más sin embargo con forme paso el tiempo fue cambiando de opinión sobre estos.

Ahora sabe lo que es tener una familia la cual te apoya, siempre está contigo y que decir de la mujer que cambio su vida completamente: Giselle de Andalasia, una bellísima doncella de cabellera rojiza que logro hacer que viera la vida desde otra perspectiva, ella pudo llenar ese vacío que sentía en su corazón, cada que él veía pasar a parejas enamoradas por las calles, era muy doloroso, pero ahora, encontró a la mujer perfecta para él, lo hacía feliz, mientras que él era dueño de la más exitosa fábrica de dulces del mundo, ella era la dueña de su corazón.

Era una mañana tranquila, bañada en blanco, así es, estaba nevando, como casi todos los días, Willy caminaba por un largo puente que era para cruzar y llegar a otra enorme calle comercial, junto con su ahora esposa, Giselle, ella cargaba un paraguas japonés para cubrirse de la nieve, vestía un lindo vestido de frio, color rosa pastel con detalles en blanco y encaje, usando zapatos blancos cerrados y sobre puesta en su espalda, un abrigo blanco de Mink, mientras que el Chocolatero, tan extravagante como siempre, un saco color gris con un ligero estampado peculiar, encima una gabardina de peluche negra, con sus grandes gafas oscuras color purpura, su cabeza cubierta por su clásico sombrero de copa, y su bastón de cristal fino, la pelirroja abrazaba el brazo derecho del hombre de cabello castaño, mientras que este acariciaba la pequeña mano de su esposa y con la otra caminaba sosteniendo su bastón, tenía tanto trabajo en la fábrica que estos momentos en los que podía pasar junto con su esposa, eran muy importantes y los disfrutaba sin duda, mientras pasaban por el puente de concreto, Giselle interrumpió el pacifico silencio, hablando, claro, ella no podía estar callada mucho tiempo.

 

—Willy —lo llamo con esa delicada voz y tono dulce, girando su mirada hacia arriba para verlo.

—¿Si? —se giró hacia abajo para verla y sonrió.

—¿No has hablado con tu padre? —le cuestiono algo preocupada.

—Oh.. —desvió la mirada aun que como llevaba puesto sus gafas no se veía. —Bueno..no, la verdad es que estas semanas ¡han estado de locura, mucho trabajo! —grito y rio tontamente en ese tono agudo y peculiar, tan común en él.

—Se rio con él y luego dijo— Pero es tu padre y hace tiempo que no lo veo, me gustaría ir a su casa un día de estos.

—¿Así? Bueno estaría bien, pero es que mi padre también está ocupado, bueno ¿Qué digo? —Giro su cabeza al lado contrario pensativo— Siempre está ocupado, desde que  era niño solo era: “Ahora no Willy estoy ocupado, después Willy, ahora estoy ocupado” —imito la voz grave y seria de su padre algo molesto recordando.

—¿De verdad siempre fue así? —pregunto curiosa deteniendo su andar.

—Si —respondió serio e igual se detuvo, estando de pie sin soltar su mano.

—Willy, ahora que lo pienso nunca me has contado como fue tu infancia —le sonrió— Tengo curiosidad, ¿Tenias amigos?, ¿Cómo eras de personalidad? —se calló puesto que Willy puso su dedo índice sobre sus labios.

—La verdad, no, no quiero hablar de eso ahora —respondió y quito su dedo apretando su mano nervioso—N-no me gusta recordar, mi infancia.

—¿Por qué?

—No respondió solo miro al suelo tapizado de nieve.

—¿Willy..cariño? —le hablaba pero él no respondía.

 

Algo estaba mal, siempre que sacaba el tema de su infancia se ponía así ¿Por qué, tan duro fue? realmente siempre la hacía preocuparse, Wonka trato de cambiar el tema, alzo su mirada y vio más a delante una tienda de telas, lo señalo con su dedo índice.

 

—¡Oh, Mira, una tienda de telas! —hizo cara de asombro y sonriendo.

—La pelirroja paseo su mirada siguiendo el señalamiento del chocolatero y alzo sus manos juntándolas en su barbilla emocionada—¡Ah, sí que genial, quisiera comprar unas cuantas telas!.

—Anda, si quieres ir.. —La tomo de la mano jalándola delicadamente, algo emocionado—¡Vamos, vamos!.

—Levemente sonrojada le sonrió—¡Si, claro!  —ambos caminaron a paso rápido hasta llegar.

 

Giselle giro la manija de la puerta de entrada, Willy la seguía por detrás y se quitó sus gafas oscuras, entraron, todo estaba repleto de telas enrolladas y acomodadas en fila por los costados, la pelirroja se sentía en el paraíso, sin dejar de sonreír, corrió como una niña en una tienda de juguetes, en dirección hacia las telas para verlas, la que atendía la caja registradora, era una joven rubia de ojos celestes que casi parecía una modelo, aun lado de ella estaba su amiga, quien también trabajaba ahí pero era la encargada de cortar las telas y empaquetarlas, tenía el cabello castaño y ojos verdes, más baja de estatura que su amiga, ella se acercó a hablarle al oído a la rubia de su compañera.

 

—Mira Lizzy, es el Sr.Wonka, junto con una chica algo extraña —le susurro Laura a su amiga quien estaba sentada recargando sus codos en la mesa del mostrador algo aburrida.

—Si.. —le respondió en voz baja—Ni idea de quien sea ella, pero si lo conozco a el —lo apunto sonriendo, Willy estaba de pie mirando fijamente, en cierta distancia a Giselle totalmente embelesado por ella.

—Ya te lo dije Lizzy, el Sr.Wonka nunca te hará caso, a un que seas cliente de su padre, solo te interesa por su dinero.

—¡Shh, cállate, no me ayudas ¿sabes?! —le grito histérica y Giselle volteo a verlas, escucho los gritos, ambas amigas fingieron una sonrisa — Ah, no pasa nada, clienta, amm ¿ya escogió una tela? —le cuestiono Lizzy.

—Si de hecho si —contesto inocentemente Giselle—Podría —mostro la tela alzándola—¿Darme dos metros de esta mágica tela?.

—Lizzy sin borrar la falsa sonrisa con sus ojos cerrados, con una mano empujo por delante a su amiga de cabello castaño—Ahí te hablan Laura.

—Laura se giró a ver a la rubia algo molesta, solo soltó un suspiro, aproximándose a la pelirroja para atenderla.

—Lizzy, aprovecho el momento, alegre giro sus ojos viendo que Willy recargo su espalda en el mostrador, sosteniendo aun su fino bastón y revisaba la hora en su reloj de plata, que siempre llevaba colgando por dentro de su abrigo.

 

La rubia se acomodó el cabello y desabrocho dos botones de su blusa blanca para mostrar escote, acercándose al chocolatero viéndolo de espaldas, con su mano toco el hombro de este, hablándole.

 

—Disculpe, Sr.Wonka —dijo en un tono “seductor”.

—Al sentir la mano ajena en su hombro lo hizo estremecer, se giró, la miro y reacciono con un gesto de espanto sin decir ni responderle nada.

—¿Qué, acaso vio una bruja o algo así? —le cuestiono divertida al ver su reacción.

—No, ya que siempre creí que las brujas aparecían solo de noche, ¡ja! —rio tontamente desviando la mirada.

—Algo molesta trato de calmarse —B-bueno —apretó sus puños para controlarse y fingió una sonrisa—Sr.Wonka, yo soy clienta de su padre Wilbur, hace unos meses me fui hacer una limpieza dental.

—Vaya—cambio su rostro a uno serio—¿Eres clienta de mi padre?

—Sí y  me hablo de ti, después  me fui de viaje a los Ángeles con mi familia, ahora de nuevo regrese y estoy trabajando.

—Oh, ya veo bueno, no sabía —dijo y se giró ignorándola.

—Salió de la caja para acercarse, colocándose a un lado de él, tomo su brazo casi abrazándolo y le sonrió acariciando su barbilla— Usted es muy apuesto, ¿no le gustaría salir conmigo?

 

Laura mientras empaquetaba todas las telas que la pelirroja había escogido, se giró a ver su compañera coqueteando con Willy >>Ash, Lizzy, tu no aprendes ¿verdad?<< pensó viéndola con fastidio, Giselle al ver que la castaña detuvo sus acciones ,curiosa se giró a ver lo que ella veía, abrió sus ojos impresionada y sintiendo su cuerpo temblar, ver a su esposo tan cercas de otra mujer, no soportaba ver eso, mordió su labio inferior, frunció el ceño y se cruzó de brazos, ¿Qué era este nuevo sentimiento? Esta sensación, es ahora también nueva para ella, si, eran celos.

 

 

—Lizzy se acercó más al rostro del hombre castaño, aspirando su aroma, olía a maní, se aproximó a la oreja del chocolatero y le susurro—Hueles rico, a maní, no había conocido a un hombre que oliera a maní.

—Eh, oye —apenas y hablo Wonka, algo asustado y viendo a la rubia con cierto desprecio—¿Podrías alejarte? Me incomodas.

—¿Y por qué ? —Lo soltó y puso sus manos en sus caderas alzando sus cejas—¿No me digas que eres de otra orientación sexual? O ¿acaso es que lo que tienes ahí abajo se “despierta” al sentirme cerca? —le cuestiono encarándolo y guiñándole un ojo.

—¡Lizzy! —le grito Laura de lejos advirtiéndole, ya que se dio cuenta de que tanto el Sr.Wonka y la pelirroja tenían anillos de casados >>Deberás ¿no se fijó? Estos dos están casados<<.

—¿Qué? —Le cuestiono con asco Willy a la rubia—Enserio, no entiendo ni una sola palabra de lo que dices —alzo su dedo índice mirándola algo molesto.

—No ha respondido mi pregunta —dijo terca Lizzy al chocolatero encarándolo.

—¡Oye! —grito Giselle molesta y tiro las bolsas con las telas al suelo, Laura las recogió y solo vio la escena.

—¿Eh? —Lizzy volteo a ver a la doncella molesta—¿Me hablas a mí?

—Willy se alejó lo más que pudo de ella y se incorporó, viendo a Giselle, algo sorprendido, puesto que nunca la había visto así, estaba realmente celosa.

—La pelirroja suspiro profundamente y con una leve sonrisa tomo el brazo del chocolatero, abrazándolo y le hablo—Cariño, ¿Quién es ella? —miro a Lizzy con altanería.

—Es una clienta de mi padre, cariño —le respondió sonriente Willy acariciando la mano de Giselle.

—¿Cariño? Acaso ella es —abrió sus ojos como plato Lizzy viendo a Giselle.

—Soy su esposa —le respondió la pelirroja enseñándole el anillo.

—>>¿Esposa? No puede ser, no tenía idea<< —Ah, es, la Sra.Wonka —la saludo con una pequeña reverencia, algo nerviosa sintiéndose una completa estúpida.

—Sra.Wonka —le hablo Laura a la doncella con todas las bolsas de las telas—¿Eran todas las telas? —quiso cambiar por completo el ambiente, ya que sabía que su compañera estaba causando problemas innecesarios.

—Si —asintió Giselle sin soltar el brazo a Willy.

—Laura camino hasta la caja registradora, cobrando, Willy le pago y la pareja salió de la tienda, junto con las bolsas.

—¡Laura! —Le grito Lizzy enojada—¡¿Por qué no me dijiste que estaba casado?!

—Pensé que te habías dado cuenta tu sola ¿no les viste los anillos? —contesto Laura con fastidio.

—Ash.. —Se quejó, cruzándose de brazos molesta—Eso es todo, nunca me voy a casar, nadie me ama —dijo frunciendo el ceño y poniéndose algo triste.

—Aquí vamos de nuevo.. —mascullo estresada Laura tocando su frente.

.

.

 Giselle caminaba aun lado del chocolatero, al fin ya no caía nieve pero igual hacia frio, por lo que cerro su paraguas, las bolsas las estaba cargando Wonka quien de nuevo traía puesto sus gafas oscuras, ella solo llevaba su paraguas y el bastón de él, lo miraba de reojo fijamente, no podía quitarle la vista de encima, era muy lindo, era tan caballeroso y atento, cada día se sentía más y más enamorada, realmente quiere  estar con él por el resto de su vida, lo ama y eso está claro.

 

—Esa  mujer —hablo Willy, recordándole a Lizzy—No sabía que yo estaba casado y por eso..

—Lo sé, al menos se lo deje claro —rio divertida.

—Él le sonrió igual y se acercó más, tratando de tomar su mano pero las suyas estaban ocupadas—Lo siento, quiero tomar tu mano pero..

—Las bolsas ¿estorban verdad? —Ella termino su oración—¿Por dónde está el ascensor de cristal? — Le pregunto algo dudosa mirando a su alrededor.

—Debe de estar por aquí —se giró a verla sin detener su andar—No lo deje muy le.. —No vio por donde iba y de nuevo, choco con la puerta de cristal del ascensor, cayendo al suelo.

—¡Oh! —grito la pelirroja asustada—Cariño, ¿estás bien? —rápidamente se puso de arrodillas a revisar su cabeza, con una mano toco la frente de él.

—E-estoy bien ¡Ja! —rio tontamente sintiendo la cálida mano de su esposa en su frente, levemente sonrojado, tomo la pequeña mano de ella y la beso—No te preocupes.

—Le sonrió—Que bueno —lo ayudo a levantarse y recogió su sombrero del suelo, quitándole la nieve de encima— La próxima vez usemos la limusina ¿sí? —lo miro con ternura y le trono un pequeño beso en su frente.

—Si claro, sería mejor —sonrojado rio y levanto las bolsas del suelo, se puso de pie, presionando el botón principal para abrir el ascensor, ambos entraron y dejaron las cosas aun lado.

 

Willy se puso su sombrero y activo el ascensor, este empezó a elevarse del suelo, hasta superar la altura de las casas y edificios, volaba en dirección a la fábrica, dentro del ascensor Giselle veía las telas feliz,el la veía perdido en su belleza, pero con un semblante serio, sabía que la pelirroja quería conocer como fue el de niño y su historia, pero era algo que a él le costaba recordar, a pesar de haberse reconciliado con su padre, esos duros y tristes momentos permanecerán siempre ahí, vio como ella, detuvo sus actos y voltio a verlo sonriente.

 

—Willy —le sonrió—En unos días se acerca una fecha muy especial.

—¿A sí? —le correspondió la sonrisa.

—Sí, y espero disfrutes mucho ese día —le insinuó la chica aun sonriendo.

—Él no estaba seguro de que hablaba pero no podía evitar sonreírle a la mujer que ama—Oh, s-si estoy seguro que lo disfrutare.

 

 En ese momento, el Woki-Toki de Wonka sonó, alguien le hablaba, saco el artefacto pequeño del bolsillo de su abrigo, respondiendo

 

—¿Si?

—Willy, soy Charlie —se escuchó la voz del niño algo alterado.

—¿Qué pasa Charlie? —coloco la pequeña bocinita cercas de sus labios.

—La mezcla para el “dulce de la memoria” no está bien, me parece que no está saliendo bien, tengo unas dudas, esto me preocupa por que ya sabes, en dos días será..

—El lanzamiento del dulce al mercado, si sé que me apresure, con la fecha —>>Creí que todo iba bien con la formula<

—Sí, está bien, te espero. —dijo y ya no se escuchó nada.

—Willy apago el aparato y lo guardo con un semblante serio quitándose sus gafas oscuras.

—Giselle noto su silencio  y su rostro afligido, se puso de pie guardando las telas en las bolsas y se acercó tocando su mejilla—Mi amor, ¿Qué pasa? —le cuestiono preocupada.

—La vio de reojo y suspiro sonriendo leve—N-no es nada, es solo, son solo problemas de trabajo mi Lady —tomo sus manos entre las suyas mirándola con esos ojos violetas tan profundos—No te preocupes.

—No muy convencida lo miro con compasión—Esta bien, si tú lo dices —lo miro fijamente.

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Llegaron a la fábrica, entraron y lo primero que Willy hizo fue dejar a Giselle en su habitación junto las bolsas de compras, el llego quitándose su gabardina colgándola dentro en un armario de madera fina, Giselle hizo los mismo, quitándose su abrigo de Mink, colgándolo en el armario, veía de reojo a Wonka, seguía con ese semblante serio, le transmitía melancolía, a ella no le gustaba verlo así.

 

—¿Willy de verdad estas…—iba a preguntar de nuevo Giselle si estaba bien, pero no pudo terminar su pregunta.

 

El paso su mano por su cintura, acercándola a él, topando pecho con pecho, le había plantado un beso, sin despegarse de sus labios y con sus ojos cerrados.

 

—¿M-mm? —Giselle,no pudo decir nada, abrió sus ojos, esto la tomó por sorpresa, con sus mejillas sonrojadas, cerro sus ojos ya relajada, correspondió, recargando sus brazos en los hombros del chocolatero, acariciaba su castaño y corto cabello.

 

Sus labios rosaban delicadamente con ternura y amor, que momento más sorpresivo y a la vez complaciente, él se separó por la falta de aire, mirándola fijamente le sonrió, ella correspondió su sonrisa.

 

—Mi bella pelirroja, estoy bien, ¿ya no te preocupes, si? —respondió Wonka y acaricio la mejilla de la chica sin dejar de verla.

—Soltó un suspiro de alivio—Esta bien, te creo —asintió sin dejar de sonreír y lo abrazo.

—El correspondió, rodeando su pequeña espalda con sus brazos—Ahora —hablo en un tono tranquilo—Debo ir a trabajar, Charlie me necesita.

—Si —respondió apartándose de él sonriendo y le dio un pequeño beso efímero en sus labios—Ve —lo miro fijamente.

—Willy beso su mano y se despidió—Te veré luego mi dulce Giselle— se despidió y se giró caminando a la puerta de salida de la habitación y salió de esta.

—Ella lo vio irse, a pesar de todo, a un seguía preocupada.

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Charlie se encontraba dentro del “salón de inventos”, sentado en un enorme mesa llena de papeles y notas junto con un pizarrón  rayado con miles de fórmulas químicas, el niño de cabello castaño claro, leía una hoja que sostenía con sus manos, donde venía escrito teóricamente la formula, ingredientes y diseño gráfico del tal dichoso “Dulce de la memoria”, había muchas cosas que él no comprendía, por supuesto solo era un niño, algunas cosas tenía que resolverlas junto con su mentor y mejor amigo, sin embargo ahora mismo parece a ver hallado el problema, seguía sentado leyendo atentamente.

En eso la puerta principal del salón se abrió, entro el chocolatero a paso acelerado con un rostro de suma preocupación, sosteniendo su bastón con una mano, llego a donde estaba Charlie y se colocó a un lado de pie, acomodándose su sombrero de copa.

 

—¿Qué sucede, cual es el problema? —le cuestiono mirándolo atentamente.

—Willy —se giró el niño, alzando sus verdes ojos para verlo—Hay un problema, es sobre el “Dulce de la memora”, la mezcla ya procesada no asimila la Citicolina y esta es muy importante para terminar la preparación acuosa.

—Déjame ver —dijo frunciendo el ceño y le quito el papel del niño de sus manos, leyendo, al terminar apenas y pronuncio— E-es verdad, sin la Citicolina no podemos proceder, ¿Por qué la mezcla no la asimila?... —se preguntó molesto y miro a su alumno—¿Haz intentado disolver primero la Citicolina antes de agregarlo a la mezcla?

—No, pero si hacemos eso, de todos modos tendremos que re hacer la mezcla y anotar ese método en las anotaciones.

—Es verdad, debemos empezar de cero. —Respondió soltando un suspiro pesado >>Debemos tener ya listo el dulce en tres días, si no, la prensa me comerá y dirán que soy un fraude, odio a la prensa<< pensó mirando al suelo pensativo y serio.

 

En toda la tarde Charlie y Willy estuvieron encerrados en el “Salón de inventos” haciendo por segunda vez la mezcla del dulce sólido, más tarde Charlie se retiró, puesto que debía hacer su tarea, además de ir a cenar y posteriormente ir a dormir, Wonka no quería que su futuro heredero se acabara su energía, cabeza y juventud tan pronto, así que ahora solo estaba el encerrado en el salón, continuando con la preparación del tal dulce, algunos Oompa Loompas ayudaban buscando los ingredientes en las bodegas y otros eran lo que mezclaban en un gran recipiente que parecía caldero, Wonka se encontraba sentado en una mesa revisando y corrigiendo la formula, nada funcionaba, simplemente la Citicolina no se incorporaba a la mezcla, esto lo estaba volviendo loco, no había comido nada, solo tomo tazas y tazas de chocolate caliente, pero no iba a darse por vencido, él era el mayor inventor de dulces de la tierra, esto no podía vencerlo tan fácilmente.

Giselle después de ayudar en la casa de los Bucket, paso mucho tiempo en su habitación cociendo algo con las telas que había comprado en aquella tienda, después dio un pequeño tour por toda la fábrica para revisar que todo marchaba bien, se sentía muy preocupada, no había visto a Wonka desde la mañana, como su esposa ¿no debería saber en dónde está o que está haciendo? Que se ausento en la comida, algo decidida se dirigió a la casa de los Buckets, abriendo la puerta, los abuelos maternos y paternos estaban ya dormidos en la cama matrimonial, la Sra.Bucket lavaba los platos, el Sr.Bucket a un no llegaba del trabajo y Charlie estaba sentado en la mesa de la cocina aun haciendo su tarea, al parecer habían terminado de cenar, la pelirroja se acercó al niño sentándose enfrente de él y le hablo en voz baja, no quería despertar a los abuelos.

 

—Charlie, ¿Dónde está Willy? —le pregunto mirándolo muy preocupada.

—Está aún en el “Salón de inventos”—le respondió en voz baja viéndola a los ojos con un rostro sereno.

—Pero, desde hace horas estaban ahí ¿Por qué no vino a cenar?

—Yo le dije, pero no quiso, dijo que no se iría a dormir si no resolvía el problema con el “Dulce de la memoria”.

—¿”Dulce de la memoria”? —repitió el nombre algo desconcertada.

—Sí, es un nuevo producto que queremos sacar al mercado pronto, es un caramelo capaz de hacer que recuerdes casi todos los sucesos importantes de tu vida, este dulce le servirá mucho a las personas que padecen de pésima memoria o las personas mayores de edad, como mis abuelos.

—Eso es fantástico —pronuncio sorprendida y mirándolo fijamente—¿De verdad va existir un dulce así?

—Sí, pero tenemos problemas con el proceso de preparación del producto, es…—desvió la mirada >>Es verdad, no estoy hablando con Wonka, Giselle no va entender de lo que le estoy hablando<< pensó y de nuevo puso sus ojos en ella—Es complicado de explicar, aquí el problema es que en tres días tenemos que terminarlo y anunciarlo oficialmente en los medios de comunicación y eso será este viernes.

—>>Hoy es martes, ¿Entonces por eso esta tan presionado?, pobrecito, y j-justamente el viernes es su..<<— Ya veo —desvió su azulada mirada viendo por la ventana y se puso de pie aproximándose a la madre de Charlie—Sra.Bucket —la llamo viendo su espalda.

—La nombrada se giró a verla con serenidad—¿Si linda?

—¿Puedo usar su cocina? —le pregunto poniéndose un delantal y amarrándoselo en su pequeña cintura.

—Ah, claro —acepto y le sonrió.

.

.

Ya eran las 9:43 pm, de la noche y Willy Wonka seguía dentro del salón de inventos, se sentía algo cansado, su estómago reclamaba comida y sus parpados los estaba sintiendo pesados, por su puesto llevaba más de nueve horas trabajando y sin descanso, pero no quería darse por vencido, ya no llevaba su sombrero puesto y se había quitado su chaqueta colgándola en la silla en la cual seguía sentado, anotando posibles soluciones para incorporar bien los ingredientes faltantes a la mezcla.

En eso Giselle entro, con una bandeja de metal en su manos, cargando encima de este, un plato y una taza de té caliente, su cabello lo llevaba recogido en una coleta, pero su flequillo estaba libre de sujetadores, al ver a su esposo sentado y dando la espalda, se dio cuenta que al parecer no se había movido de ahí por horas, ella suspiro y se acercó caminado tranquila.

 

—Mi amor —Le hablo en tono dulce y se colocó justo aun lado de él, dejando la bandeja sobre la mesa.

—¿Giselle? —se giró a verla impresionado—Creí que ya estabas dormida.

—¿Cómo voy a dormir sabiendo que has estado aquí más de nueve horas? Y sin comer —coloco sus manos en sus caderas algo molesta negando con la cabeza—Eso no está bien, debes de comer ahora.

—E-es que estoy.. —decía algo desconcertado y con la mano temblorosa trataba de hacer a un lado la bandeja puesto que abajo estaban algunos papeles “importantes”.

—Ella tomo su mano y la detuvo mirándolo fijamente—Willy, debes de comer algo, ahora, te vas a enfermar, puedes seguir mañana.

—N-no, tengo que terminar ahora, después como algo —dijo tercamente y ella lo “callo” dándole un besito en sus labios y le sonrió.

—No—pronuncio ella firmemente y sin dejar de sonreír—Come.

—Está bien querida, lo que digas —sonrió bajando su mirada algo sonrojado.

 

Giselle limpio la mesa he hizo a un lado todos los papeles, frascos de vidrio con mesclas algo raras y las tazas vacías donde había tomado chocolate caliente, haciendo espacio para que pudiera comer, la pelirroja coloco la comida enfrente de él y le dio una cuchara, mientras que ella se sentó en otra pequeña silla aun lado de él, sin dejar de mirarlo.

 

—¿Qué hizo la Sra.Bucket de cenar? —le cuestiono algo curioso Willy al ver el plato y con la cuchara comenzó a examinarlo.

—Yo lo hice, es estofado —sonrió—Soy tu esposa y mi deber es hacer que estés bien alimentado.

—¡Oh, ¿De verdad?! —La miro algo sorprendido—Gracias —sus violetas ojos de nuevo se pusieron sobre la comida, con la cuchara tomo algo de estofado tratando de llevárselo a la boca, pero por alguna razón su mano tembló y la comida se le escapo cayendo de nuevo al plato.

—¿Qué pasa? —le pregunto la pelirroja algo preocupada viéndolo.

—Creo que, mis manos ya no me responden muy bien —dijo algo molesto.

—Bueno —le arrebato la cuchara y tomo algo del estofado alzando la cuchara hacia su boca—Yo te daré la comida, vamos —alzo sus cejas sonriente—Abre la boca.

—Sintiéndose algo avergonzado, él era un adulto, esto era para los niños a un más pequeños que Charlie, sonrió una pisca y obedeció abriendo la boca, llevándose un gran y apetitoso bocado, masticándolo, tanto sabor, esto hacia bailar a su paladar—¡Oh, esta delicioso! —exclamo complacido.

—¿De verdad? qué bueno —respondió sintiéndose alagada y al verlo terminar su bocado, le dio otro, sonrió viéndolo con ternura—Pareces un niño.

—¿Y es malo eso? —pregunto abriendo sus ojos.

—No, es muy tierno —contesto acariciando la mejilla del chocolatero.

—Sonrió.

Después de comer, Willy le explico a detalle,el problema que estaban teniendo con el producto, ella desvió la mirada pensativa aun sentada enfrente de él, Wonka de nuevo se había puesto su chaqueta y seguía muy preocupado por ese problema, Giselle apretó sus manos contra su vestido en las rodillas, frunció el ceño decidida.

 

—¡Quiero ayudarte! —clavo su mirada en él.

—¿Qué?

—Quiero ayudarte, Willy, ¿Qué puedo hacer para ayudarte?

—Mi “dulce favorito” —la apodo Wonka mirándola con compasión—No puedes ayudarme, lo siento.

—¿Y por qué no?

—Porque estas son cosas que, bueno, tú no puedes comprender, además, gracias pero no necesito la ayuda de nadie, este es mi problema y yo lo resolveré —desvió la mirada viendo el pizarrón rayado.

—Pero soy tu esposa, somos esposos y debemos estar tanto en las buenas como en las malas —se puso de pie algo molesta.

—Lo sé, pero esto, debo resolverlo yo, no quiero involucrarte querida.

—Bajo la mirada al suelo pensativa—Bueno, si es lo que quieres —seria.

—Sonrió una pisca—Ahora ve a dormir mi amor, es tarde, ya son.. —saco su reloj  y reviso la hora—Las 10:35pm.

—No iré a la cama sin ti —tomo su mano mirándolo a los ojos—Puedes seguir con esto mañana Willy, debes descansar.

—¿Tú crees? —suspiro profundamente.

—Sí.

—De acuerdo, solo porque tú me lo pides —sonrió, poniéndose de pie, tomo su sombrero y bastón poniéndose de pie.

 

Ambos caminaron a la salida y Wonka cerró la puerta con llave, todas las luces del salón se apagaron, se fueron en el bote rosado, por el rio de chocolate hasta llegar a su habitación.

Al llegar, se vistieron en pijama para dormir, ya los dos recostados en la enorme cama matrimonial, Willy rápidamente se quedó dormido, pero Giselle seguía despierta, pensando en cómo ayudarlo, no le gustaba verlo preocupado o en problemas, sentía que debía ayudarlo, no podía quedarse con los brazos cruzados y no hacer nada, así estuvo hasta que al fin el sueño le gano, cerrando sus ojos temporalmente, embarcándose al tan magnifico mundo de los sueños.

Al día siguiente, eran las 5:23am,a esa hora Willy a un no se levantaba, seguía dormido, Giselle, alzo su cabeza para ver el reloj, era muy temprano, debía levantarse, antes que él, así es, había decidido ayudarlo a pesar de que su esposo rechazo la idea, la pelirroja salió muy despacio de la cama para no mover nada y no despertarlo, lo mismo hizo al caminar, con cuidado y en silencio, tomo una ducha y se cambió poniéndose un bata encima, antes de salir de la habitación se acercó al hombre de cabello castaño y le dio un pequeño y tierno beso en la frente, retirándose junto con el enorme llavero, con miles y miles de llaves, de todas las puertas de la fábrica, caminaba por los pasillos, al parecer los Oompa loompas empezaban a trabajar, sí que eran excelentes obreros, ella algo nerviosa se encamino al salón de inventos yendo en el ascensor, para que fuera más rápido, al llegar, saco el enorme llavero y escogió una de las tantas llaves, se las estaba aprendiendo muy rápido cual era cual, al abrir la puerta, el salón estaba completamente oscuro, al parecer los Oompa loompas no se encontraban ahí, Giselle trataba de ver con la ayuda de la luz tenue que entraba por las ventanas situadas a los costados, al encontrar el interruptor, prendió casi todas las luces las grandes y pequeñas del techo, con su mirada buscaba donde estaban las notas y papeles.

Al encontrarlo empezó a leerlo, Dios, sí que era complicado, realmente no entendía casi nada de lo que estaba escrito, tan solo sabía que algunos ingredientes no se incorporaban a la mezcla, fue en dirección a la bodega y saco varios sabores en sólido y líquido, los que había leído que se necesitaban para completar el producto, saco la mezcla procesada dentro de un refrigerador, poniéndolo todo sobre una mesa, algo insegura, no sabía que hacer >>Estos métodos son científicos y matemáticos, ¿Qué tal..qué tal si solo necesitan una pequeña ayuda de la magia? << pensó en sus adentros, parecía una idea loca, pero podría servir,  Willy Wonka era un hombre tan centrado, con los pies bien planteados en la tierra, no creía en la magia, solo en lo ya escrito, lógica, causa y efecto, mientras que Giselle era una mujer tan soñadora, risueña y fantasiosa que creía en la magia completamente, eran opuestos en eso.

 

—¡Celeste! —Grito Giselle de pie mirando al techo tapizado de luces y focos de diferentes tamaños y colores—¡Celeste, ¿estás aquí?, necesito tu ayuda!.

 

Hubo un efímero silencio, hasta que una pequeña luz azul, apareció enfrente de ella, después esa luz se hizo más grande y en un abrir y cerrar de ojos, apareció su hada madrina, desprendiendo a su alrededor polvo brillante, completamente de azul, bueno, su rostro cambiaba de color, a cada segundo, de azul a color carne y viceversa.

 

—¡Giselle! —Grito Celeste con cierta pereza—¿Qué pasa? Estaba en Andalasia descansando de la larga jornada de trabajo como guardia contra los Trolls —dijo algo molesta viéndola y agitando su varita algo molesta.

—Quiero pedirte algo

—¿Si?

—¿Ves eso? —le apunto con su dedo que viera la mezcla dentro de un caldero no muy grande.

—Si ¿Qué con eso?

—Hay unos ingredientes que deben agregarse ahí, haciéndose Homog.. —miraba arriba tratando de recordar y al no lograrlo camino a la mesa y tomo un papel con cosas escritas, leyendo de nuevo— Homogénea —termino dejando el papel de nuevo en la mesa y la miro seria.

—E-espera sé a dónde va esto —respondió y alzo su barita señalándola—Giselle no puedes arreglar estas cosas con magia.

—Estuve aquí unos minutos, tratando de arreglarlo pero es muy difícil, tenemos que arreglarlo, es para fabricar un maravilloso dulce que te hace recordar.

—¿Para la memoria? —cuestiono algo curiosa.

—¡Si, ¿no es genial?!

—Vaya, eso es nuevo, nunca se me habría ocurrido —desvió la mirada asintiendo con su cabeza—Tu esposo me sorprende cada día mas.

—Soltó un suspiro Giselle viendo, la mezcla dentro del caldero—Él es fantástico Celeste, no sabes cuánto lo amo —clavo ahora sus azulados ojos en el hada—Y ha estado mortificado por esto, quiero ayudarlo, solo dime que hacer y lo hare.

—Bueno, no soy muy buena “arreglando” cosas pero, está bien, te veo muy decidida—se acercó a la mesa y leía el contenido de los muchos papeles esparcidos en esta—Aunque no me creas yo en ocasiones venia aquí a ver al Sr.Wonka trabajar sin que se diera cuenta de mi presencia, se un poco sobre este proceso, en especial en este, ha estado trabajando en el por casi un mes.

—¿De verdad? —le pregunto mirándola algo alegre y sorprendida.

—Sí, te daré indicaciones—le sonrió acercándose más a ella.

—¡S-sí, claro, gracias! —Tomo algunos frascos y varillas para batir—Dime que hago.

 

Celeste, comenzó a indicarle que hacer a la pelirroja, al mismo tiempo ella aprendía mas sobre lo que hacía su esposo, sí que era complicado, pero como la mezcla estaba casi terminada, no estaba siendo tan difícil ,la doncella se encontraba de pie y recargando el caldero en una mesa de material grueso, batía y batía con la ayuda de una varilla delgada de cristal, la mezcla, sin color, ya casi terminaba, solo faltaba agregar la Citicolina, quien al parecer Celeste lo tenía en sus manos, en un pequeño frasco, diciendo algunas palabras algo extrañas, como de hechicería, con su barita toco el interior del frasco, el polvo se tornó por unos segundos de azul, después el hada se lo entrego en sus manos a la pelirroja, >>B-bueno, no sabré que pasa hasta intentarlo<< pensó algo nerviosa, si no funcionaba o si, nada era seguro, pero no sabría hasta intentarlo, abrió la tapa del frasco y vertió el contenido a la mezcla con cuidado, dejo el frasco de vidrio a un lado y la mezcla empezó a cambiar de color, Giselle comenzó a darle mucha calor estando ahí adentro, así que se quitó una bata de color marrón con un estampado peculiar de hojas de árbol, Celeste se acercó algo curiosa.

 

—Hija, ¿y esa bata, es tuya? —le cuestiono algo dudosa, ya que la bata no era de los gustos y ni del estilo de ella.

—Oh, la bata es de Willy,la tome prestada ,creo que al salir de la habitación no me di cuenta de que me equivoque de bata, pero no creo que se moleste —le sonrió dejando la bata colgada en la silla de madera.

—El hada volteo los ojos a un lado viendo que un cabello lacio callo en la mezcla—¡¿Viste eso?!

—¿Qué? —confundida

—¡Un cabello, cabello humano callo en la mezcla!. —grito algo alterada asomándose en la mezcla que al parecer de azul, regreso a su color transparente  natural.

—P-pero ¿no pasa nada verdad? solo es un cabello.

—No, Giselle ahí se encuentra ADN tuyo, puede ser peligroso si tú consumes esa mezcla, ese ADN esta combinado con la magia.

—¿De verdad? pero no te preocupes yo no voy a consumirlo, mientras no lo consuma yo no pasa nada ¿verdad?..

—Pero..

—No te preocupes Celeste no pasa nada —le sonrió siendo como siempre positiva—Vamos aprobarlo con un Oompa loompa —se giró y buscaba con la mirada  a ver si habían entrado Oompa loompas al salón, y si unos cuantos vistiendo un traje plastificado color negro.

 

Los Oompa loompas llegaron y vieron a la doncella, desde cierta distancia todos le hicieron reverencia, ya que por su puesto, era la Sra.Wonka, Celeste solo veía a su ahijada emocionada, realmente estaba confiada de que la magia arreglo el problema, bueno ella no estaba segura de su propia magia, estaba algo nerviosa, no sabía si realmente estaba resuelto, realmente no quería hacerlo pero ¿Cómo podía negarle algo a su querida e inocente ahijada?.

Giselle se acercó con un Oompa loompa agachándose un poco para que la escuchara mejor, sonriendo.

 

—Amiguito, ¿Querrías probar el resultado de la mezcla para el “dulce de la memoria”? —le ofreció sonriendo la pelirroja ansiosa.

 

—El “hombrecito” de piel como la canela solo asintió sin ninguna expresión en su rostro, se quedó de pie sin moverse.

 

—Ella tomo con una cuchara la mezcla y se la acerco a la “criatura” casi llevándoselo a la boca.

 

—Giselle —le hablo Celeste leyendo el proceso del productos y sus efectos secundarios en caso de no funcionar— Aquí dice que con solo inhalarlo puede hacer efecto, aunque bueno esta es solo la mezcla, también dice que los efectos secundarios son mareos, dolor de cabeza, desmayo y al final pierden la memoria.

—La chica le introdujo la mezcla del dulce al paladar del Oompa lompa, este después de unos segundos solo tembló un poco.

—¿Y bien? —le hablo Giselle al Oompa loompa y este con señas le decía: “Creo que funciona”.

—¿Puedes recordar algo que has olvidado? —seguía de insistente y no dejaba de verlo.

—De nuevo hizo señas respondiendo: “Exactamente el Sr.Wonka probo conmigo hace una semana este producto y había perdido la memoria, no recordaba por que trabajaba aquí, no sabía que era ni mi nombre, pero esto me devolvió la memoria, lo hizo bien Sra.Wonka” dijo a través de mímica, sonriendo muy levemente y le hizo reverencia a la pelirroja.

—¡¿Oh, de verdad?! —Grito emocionada juntando sus manos cerca de su barbilla—¡Esto es fantástico, Celeste, lo logramos! —dio vueltas en su propio eje la chica luciendo su vestido color morado, y dando pequeños saltos muy enérgica y feliz, empezando a cantar.

—¿Enserio? —cuestiono algo dudosa la hada sin poder creerlo >>Creo que después de todo funciono<< — D-digo  .. —se corrigió—Que bien.

.

.

.

Charlie y Willy wonka se encaminaban al “salón de inventos” a seguir con el trabajo pendiente, caminando por los grandes pasillos de la fábrica, también habían llegado por el ascensor, el hombre de cabello castaño caminaba a pasos firmes usando su bastón y llevaba puesto su sombrero de copa, el pequeño niño iba a un costado de él y viéndolo con un semblante serio, siendo el tan curioso le pregunto.

 

—Willy, ¿Qué ocurre? —lo miro de reojo con un rostro sereno.

—En la  mañana desperté y no vi a Giselle por ningún lado, ni en tu casa, ni en el “salón de chocolate”, ¿A dónde habrá ido? —Se preguntó mirando al techo preocupado—Espero y este bien.

—Debe de estar en algún cuarto de la fábrica, quizás en el de nueces, ya ves que le gusta platicar con las ardillas de ahí—le recordó tratando de animarlo.

—Sí, puede ser —sonrió una pisca.

 

Seguían caminando, hasta que escucharon una dulce y melodiosa voz, que cantaba, Charlie se alteró y Willy reacciono de sobresalto sorprendido.

 

—¿Qué se escucha? alguien canta—dijo mirando por todos lados tratando de escuchar bien de donde provenía ese dulce canto.

—Wonka se detuvo en seco y sonrió—Es Giselle.

—¿Qué?

—Si —abrió sus ojos feliz— Es mi lady, mi bella pelirroja, Giselle —se giró a verlo— ¡Vamos Charlie, está cantando en el salón de inventos! —dijo y lo tomo de la mano corriendo hacia el salón, llevándose al niño consigo.

 

Al llegar, entraron fácilmente ,ya que la puerta ya estaba abierta, se detuvieron quedando de pie, Giselle estaba cantando con los Oompa Loompas, feliz, ya que al parecer su idea de usar la magia había funcionado, Charlie sin decir nada se acercó a la dichosa mesa, llena de papeles, dándose cuenta de que estos habían sido movidos de su lugar, al igual que el caldero que contenía la mezcla, este estaba tapado para que no se escapara el olor, Willy se acercó a la pelirroja y le toco el hombro algo confundido.

 

—¿Qué pasa, que haces aquí “mi dulce favorito”? —le pregunto mirándola fijamente.

—¡Willy! —grito feliz Giselle y lo abrazo efusivamente.

—Ah.. —pronuncio apenas y correspondió levemente sonrojado y sonriendo.

—¿Qué ocurre Giselle? —Le cuestiono serio Charlie mirándola algo sospechoso—¿Hiciste algo con la mezcla?

—¿Qué? —se separó Wonka tomando con sus manos, la cintura de la chica viéndola algo asustado.

—¿Oh, si no les habías dicho? —Sonrió viéndolos a los dos separándose del chocolatero y se acercó a la mesa—¡La mezcla del “dulce de la memoria” funciona —sonrió alegremente.

—¿Qué hiciste? —le cuestiono Wonka poniéndose serio.

—Decidí ayudarte, me desperté muy temprano y vine a tratar de resolver el problema de la dichosa mezcla.

—Pero Giselle —exclamo el niño viéndola preocupado—Tu, no sabes muy bien de lo que hacemos aquí, esta fórmula del dulce..

—La pude resolver —aclaro sonriendo—Gracias a Celeste y con la ayuda de la magia.

—¿Magia? —pronuncio con un gesto de desconcertado Willy.

—Si mira —la pelirroja se giró y justo detrás de ella estaba el caldero en la orilla de la mesa, al mover su brazo, toco el caldero y por un movimiento en falso, paso, así es, el caldero cayó al suelo y la mezcla se derramo abarcando gran parte suelo.

—¡Ah! —grito Willy alterado y se arrodillo tocando la mezcla con la yema de sus dedos >>Se acabó, esto era lo último<< pensó triste y empezó a asomarse un olor algo extraño de la sustancia sin color, él lo aspiro y al instante tocio apartándose de la espesa mezcla del suelo.

—Willy, l-lo siento. —apenas y pronuncio Giselle sintiéndose la persona más torpe del mundo.

—Wonka.. —Se acercó a él, Charlie algo preocupado—¿La inhalaste? No, te puede pasar algo debemos revisarte.

—Estoy bien Charlie, de todos modos eso no funcionaba —dijo muy seguro desviando la mirada serio.

—¿Qué? —le pregunto la pelirroja cruzándose de brazos—Pero ni si quiera viste que funcionaba,  mira deja le hablo al Oompa loompa para que…—busco con su mirada viendo a muchos Oompa loompas trabajando en otras cosas, todos eran iguales en aspecto, era imposible ver quien fue el que le hizo probar de la mezcla—B-bueno, el hecho es que si funciona ¿verdad Celeste? —le pregunto a su hada madrina pero esta ya no estaba, había desaparecido—¿Celeste? —miraba a su alrededor.

—Giselle, no mientas, la magia no arreglo nada, solo desperdiciaste material —se cruzó de brazos el chocolatero ahora si molesto.

—¡Claro que sí! —Grito frunciendo el ceño viendo a esposo cara a cara—Le pedí ayuda a Celeste y con la magia arreglo la mezcla, la Citicolina se incorporó bien.

—Eso es imposible, no puedes arreglar una formula química con magia —le corrigió negando con la cabeza.

—Si, si se puede —dijo insistentemente.

—No, no se puede, la magia no existe y no resuelve nuestros problemas Giselle.

—Pero si nos ayuda mucho, si funcionaba —se giró a ver la mezcla derramada que los Oompa loompas a hora limpiaban.

—Desde un principio te pedí que no me ayudaras, este problema era mío.

—¡Pero somos esposos, estamos en las buenas y en las malas! —grito la pelirroja molesta con los ojos cristalinos.

—¡Si, pero yo no quería y no necesitaba la ayuda de nadie si acaso la de Charlie por ser mi sucesor, pero este era mi problema! —grito en su cara y desvió la mirada.

—Willy, Giselle tranquilos .. —se acercó Charlie viendo a ambos excéntricos, molestos.

—¡Tú no te metas! —grito en unísono la pareja, al niño y este solo hizo sus ojos en blanco estresado.

—¿Por qué me tratas con frialdad como lo hacías antes con todos los demás? —Continuo Giselle viéndolo—¿Realmente no crees en la magia?, yo llegue a este mundo por magia.

—La magia no soluciona la vida, y solo estoy siendo realista —afirmo muy seguro y bajo la mirada triste—Ahora este proyecto nunca, se dará.

—Willy —lo vio sorprendida—Lo siento, solo quería ayudarte.

—El chocolatero no dijo nada, solo se retiró del salón con un semblante serio.

—¡Wonka! —grito Charlie siguiendo a su mentor, por detrás.

—Los vio irse y se cruzó de brazos algo molesta pero con ojos afligidos.

.

.

Charlie lo siguió hasta que el hombre se encerró en su habitación, el niño toco la puerta y esta el  no la abría, aun de pie el pequeño le hablo a través de la puerta.

 

—¡Willy a un podemos terminar el proyecto, a un queda tiempo, no te preocupes!.

—La puerta se abrió y el chocolatero se asomó con un rostro afligido—Ahora no estoy de humor Charlie.

—Giselle solo quería ayudarte.

—Yo lo sé, pero no puedo ser tan débil y patético como para pedir ayuda a mi dulce esposa, Charlie, estos problemas del trabajo, los tengo que resolver yo, yo soy el hombre.

—Entiendo pero…—no termino de hablar ya que la puerta, Wonka la cerro enfrente de su cara, el niño solo desvió la mirada pensativo >>Vaya Giselle tenía razón, es muy terco<<.

.

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Charlie salió de los pasillos y se dirigió a su casa, caminando por el pasto de menta aun lado del río de chocolate, pensativo, realmente no terminar el producto a tiempo sería un gran problema, pero por otra parte sentía que Wonka estaba siendo un poco injusto y duro con Giselle, ya que ella solo trataba ayudarlo, como el no quiso escucharlo tal vez la doncella si, después de todo a comparación de Willy, la pelirroja era más comprensiva y le gustaba escuchar.

El niño de cabello castaño y ojos verdes, llegando a su casa, abrió la puerta lentamente, pero antes de entrar escucho la voz de la pelirroja, hablando con su madre, se escondió detrás de la puerta desde afuera escuchando.

 

—¡Ah, Sra.Bucket ¿Qué voy a hacer? Se fue sin decir una palabra —se escuchaba la dulce y nerviosa voz de Giselle cercas de la cocina—¿Todos los hombres son así?

—Bueno.. —Suspiro tranquilamente la adulta de cabello rizado, mientras hacia el almuerzo—Todos los hombres, son iguales, cuando se les mete algo a la cabeza, no pueden razonar —le sonrió y rio un poco.

—Giselle no dijo nada solo bajo la mirada pensativa.

 

En ese momento Charlie entro cerrando la puerta, viendo a la joven y su madre de pie muy cercas,sus abuelos de nuevo dormidos.

 

—Giselle —la llamo el niño viéndola con compasión.

—Oh, Charlie —se giró a ver al niño con ojos afligidos.

—No hagas caso a lo que dijo Willy — se acercó a verla fijamente—Solo está algo alterado por qué bueno, el proyecto debe concluirse el viernes.

—Sí, yo sabía eso y —se abrazó a si misma viendo una ventana que dejaba ver un poco el panorama de afuera—S-solo quise ayudarlos, ayudarlo a él, no me gusta verlo preocupado ni mucho menos que descuide su salud.

—Te entiendo —tomo su mano mirándola y le sonrió—Gracias por intentarlo, veo que Celeste pudo solucionar ese problema con la magia, es algo que Wonka seguramente no lo puede creer y tampoco lo acepta, espero y después de esto volvamos a pedir la ayuda de tu hada.

—¡Claro que sí! —le sonrió—Celeste es muy buena, podrá ayudarlos con esto.

—Gracias, pero ahora —frunció el ceño y soltó su mano—Tienes que ir a hablar con él.

—Si linda ve —le aconsejo también la Sra.Bucket—Willy es como un niño, es algo terco pero sabemos que te quiere, todo saldrá bien.

—Sí, tienen razón, hablare con el —les sonrió y se retiró de la casa en busca de Willy.

 

La doncella de cabellera rojiza, le pregunto a un Oompa Loompa por el camino, ¿Dónde estaba el chocolatero? Él le dijo que en su habitación, así que se encamino a la habitación de Willy que también era la suya, llego y la puerta estaba abierta, entro cerrando la puerta con seguro y miraba por todos lados, no lo veía, encendió las luces y ahí estaba de espaldas, viendo por la gran ventana con las cortinas movidas, el exterior de afuera donde caía la nieve, ella se acercó un poco tomando su distancia, trago saliva y lo vio.

 

—Willy.

 

No dijo nada, guardo silencio, pero se giró  a verla de reojo.

 

—Sé que estas molesto conmigo —decía la doncella con voz entrecortada, sintiéndose muy mal—Sé que lo arruine, tu proyecto, en vez de ayudarte, solo te cause problemas —decía y empezó a sollozar—Y-yo, realmente no se mucho de lo que tú haces, si lo supiera podría a verte ayudado sin usar la magia de Celeste, pero yo, solo…

—¡Giselle! —le grito el chocolatero viéndola y corrió hacia ella abrazándola, rodeando todo su cuerpo con sus brazos y apoyo su barbilla en el delgado hombro de la pelirroja.

—¡Ah! —grito por el susto e impresión >>¿Qué pasa?<< sintió como su corazón dio un brinco, sentía los latidos de Willy, estaban acelerados.

—Perdóname Giselle, fui un imbécil —decía Willy sin soltarla.

—Ella derramo una lagrima y correspondió el abrazo—N-no, yo soy la que debe disculparse, por mi culpa..

—Tú no tienes la culpa de nada —se separó colocando sus manos en sus hombros y viéndola fijamente—Yo tuve la culpa por preocuparte, en verdad, no me importa si este proyecto no sale bien, me importas más tú, quiero que tú y yo estemos bien.

—Willy —pronuncio su nombre con alivio y sonrió.

—Ya no derrames lagrimas —saco su pañuelo morado del bolsillo de su abrigo y limpio las lagrimales de los azulados ojos de su esposa—Sabes que no me gusta verte asi, mi lady Giselle.

—Sonrió leve—Willy..de verdad lo siento.

—Ya, no digas eso —termino y guardo su pañuelo—Más bien —tomo sus manos viéndola a los ojos—¿Puedes perdonarme?

—Soltó una pequeña risa viéndolo—Claro que sí.

—¡Oh! —sonrió ampliamente y de nuevo la abrazo—Ahora mi corazón está en paz —la soltó y se aproximó a la cama tomando una taza que estaba en un pequeño mueble de madera—Ten, ¿quieres chocolate caliente? —se lo ofreció dándoselo en sus manos.

—Sí, que rico —dijo feliz y olio el aroma del chocolate derretido en la taza.

—Aunque creo que ya se enfrió un poco —rio tontamente sin dejar de verla.

—Gracias —le sonrió.

—Su sonrisa se borró, se tocó la frente frunciendo el ceño y mascullo alejándose un poco en dirección a la cama, se sentó en ella usándola como asiento.

— ¿Qué pasa? —se acercó Giselle preocupada tocando su hombro y sin soltar su hombro.

—Mi cabeza, me duele un poco —se quejó y sin dejar de tocar su frente.

—Recuéstate —le indico algo angustiada.

—El obedeció algo serio, se recostó poniendo sus manos por su abdomen, mirándola—Estoy bien.

—Ella le sonrió estando de pie se agacho para verlo más de cerca y beso su frente—Mejor descansa un poco, el dolor debe ser por estrés.

—Si —rio tontamente—Debe ser eso —respondió algo nervioso sin dejar de verla, le agradaba verla de cercas.

—Giselle se sentó en la cama aun lado de él, recostado, paso su mano sobre el pecho de él acariciándolo.

—Wonka dio un pequeño sobresalto al sentir esa acaricia, hizo temblar a todo su cuerpo sintiendo una “reacción” extraña dentro de él.

—Ese sobresalto asusto un poco a Giselle he hizo que la taza que sostenía con la otra mano la derramara en sí misma, manchándose un poco el vestido, su cuello y parte del pecho—¡Ah!.

—L-lo siento —se disculpó Willy parándose para sentarse viéndola fijamente.

—No es nada —rio un poco ella—No te preocupes…¡Oh! —Mirándolo a los ojos muy cercas—Callo también  un poco en tu barbilla y boca—dijo apuntando, mirándolo fijamente a los ojos.

—No dijo nada, no podía dejar de verla, podía oler el chocolate derramado en ella, su corazón estaba como loco.

—Ella se acercó poco a poco a él, sus rostros, estaban demasiado cercas, su pulso acelerado, ella también pudo oler el chocolate en los labios de su esposo, tan embelesada y rendida ante él, dijo—Te lo quitare —lo miro con profundidad y lo beso.

—El sintió como casi su corazón salía de su pecho, pero para nada le desagrado esto, aunque se sentía algo nervioso ,la rodeo con sus brazos temblando un poco, cambiando de posición, él se colocó arriba y a la pelirroja la recostó, continuando el beso, rosando sus labios con los ajenos, en pausas lamiendo sus labios, probando el chocolate, para luego introducir su lengua y moverla dentro de la boca de la chica, probando el néctar de la saliva de la doncella, la pelirroja hacia lo mismo.

 

Sentirla tan cercas le gustaba mucho, oler su rojizo cabello que desprendía aroma a fresa, a ella le gustaba su peculiar aroma a maní, en momentos se miraban y sonreían, de verdad ese amor que se tenían mutuamente, en cada oportunidad les gustaba demostrarlo, Willy se acercó a su cuello y con su lengua lamia el chocolate derramado en el cuello de la chica, ella gimió un poco, cubriendo luego su boca, realmente hacer esos sonidos le parecía embarazoso, al mismo tiempo el hombre de cabello castaño acariciaba su cabello, ella le daba cortos besos en la mejilla, nunca creyó que un momento así pasaría, ya que Willy siempre era muy caballeroso en todo momento, ahora parece que se está dejando llevar por la pasión y por supuesto, no importaba que tan inocente y tímido fuera, era un hombre y no podía contra sus instintos naturales, esto la hacía feliz, lo amaba así como él también la amaba, entonces ¿Por qué no dejarse llevar por la pasión del amor?, poco a poco se empezaron a desvestir, hasta que Willy la vio completamente sin prendas ,su delgada silueta, su cabello rojizo sobresalía de su pálido color, su tersa piel, ella cubría sus pechos con sus brazos, Willy le sonrió, viéndola algo asombrado, acariciando su mejilla sonrojada y de nuevo la beso, después se detuvieron viéndose a los ojos.

 

—Eres hermosa —le susurro el chocolatero embelesado viéndola fijamente.

—N-no me mires así —desvió la mirada sonrojada—Es vergonzoso.

—Te amo —pronuncio el sonriéndole sonrojado.

—Yo, también, te amo mucho —respondió abrazándolo.

.

.

Más tarde al parecer Willy se quedó dormido, Giselle lo veía dormir, recostada aun lado de él, se veía tan vulnerable y lindo, realmente que necesitaba “relajarse”, un poco más tarde, ella se levantó de la cama poniéndose su bata de baño color azul y entro a darse un ducha, al terminar y vestirse, estaba sentada enfrente de un enorme espejo puesto en la pared, alrededor cremas, perfumes y cosas para higiene personal, cepillaba su cabello naturalmente ondulado con una sonrisa, queriendo buscar un pasador para el cabello, abrió uno de los cajones de ahí viendo que dentro de este había una fotografía enmarcada de Wonka cuando era niño, ella tomo el marco y lo vio algo sorprendida, jamás había visto una fotografía de el cuando era niño, se veía diferente es decir que esos ojos violetas lucían ahí tristes y sin brillo, ¿Cómo habrá sido su vida de niño? Seguramente fue muy dura >>Me hubiera gustado conocerlo cuando era niño<< pensó mientras veía la fotografía para después dejarla en su lugar, cerro de nuevo el cajón con cuidado.

En eso Willy se levantó de la cama quejándose de nuevo y tocando su frente, sentado en la cama.

 

—¡Ah! —Exclamo con un rostro irritado—Mi cabeza —mascullo.

—¿Estas bien? —se puso de pie viéndolo desde la distancia.

—No lo sé —salió de la cama y se dirigió al baño, la parecer a vestirse.

 

Ella no dijo nada, pero le parecía eso muy raro, ya era la segunda vez que le dolía la cabeza sin motivos aparentes, ¿Qué seria?, el chocolatero salió del baño ya vestido y de nuevo, se veía raro, comenzó a temblar, comenzó a marearse.

 

—¿Estas bien cariño? —le cuestiono Giselle preocupada acercándose a él y tocándole el hombro.

—No —apenas y pronuncio—N-no puedo respirar bien.. —hablo entre cortado y se giró a verla a los ojos—Creo que..me voy a desmayar —sentía sus ojos nublados, con su mano toco el rostro de la pelirroja y acaricio su mejilla—Al menos, puedo ver tu cara antes de…

—¿De? —Abrió sus ojos muy preocupada viendo como después de unos segundo el hombre de cabello castaño cerro los ojos casi cayendo al suelo desmayado, pero ella lo sujeto agarrándolo de sus brazos y recostándolo en la cama—¡Willy, ¿Qué te paso?, respóndeme! —gritaba desesperada con sus ojos cristalinos.

 

En eso la puerta fue abierta por Charlie quien al pasar por ese pasillo escucho los gritos de Giselle, el niño llamo a sus padres, quienes veían recostado al chocolatero en la cama, ambos trataron de tranquilizar a Giselle, diciéndole que solo fue un desmayo, ya que su pulso estaba bien, Charlie estaba sentado en una silla viendo desde ahí a su mentor al parecer como dormido, ahora dirigió su mirada a la pelirroja.

 

—Giselle ¿Qué le paso?

—No lo sé —dijo en un tono triste y se acercó a Willy sentándose al borde de la cama aun lado de él y tomo su mano—Solo se desmayó, anteriormente fueron dos ocasiones que le dolió la cabeza.

—Ya veo—miro al suelo el niño pensando >>¿Mareos, dolor de cabeza? ¡Oh, no, ¿no será que..?<< — Esto le paso después de, de aspirar el olor de la mezcla del dulce ¿verdad?, tal vez después de todo si le afecto.

—¿Qué?  No puede ser —se alteró la chica.

—¿Eso crees hijo? —le pregunto impresionada la Sra.Bucket.

—Sí.

—¿Entonces que le pasara? —continuo preguntando el Sr.bucket.

—Lo que me temía —respondió ahora si preocupado Charlie viendo a Willy dormir.

—No—negó Giselle volteando a ver a su esposo—El, el no..

 

Justo en ese instante el chocolatero despertó, levantándose y saliendo de la cama algo desubicado y vio a todos algo impresionado.

 

—¿Qué hacen en mi habitación? —les cuestiono el colocándose su sombrero de copa.

—Willy, ¿sabes quién soy yo? —se acercó a él, su futuro heredero de la fábrica, para que lo viera algo preocupado.

—Si —asintió—Charlie, eres el niño que gano en mi concurso de los boletos dorados —le sonrió apuntándolo.

—¡Si y ¿sabes quiénes son ellos verdad? —apunto a sus padres.

—Claro, son tus padres, el Sr. Y Sra. Bucket —los miro saludándolos levemente.

 

Los padres solo sonrieron y miraron a Giselle algo asustados, ya que Wonka le estaba dando la espalda, no la volteaba a ver, Charlie hizo lo mismo miraba a la chica algo preocupado, Willy al ver que todos guardaron silencio dijo.

 

—¿Qué pasa, a quien ven? —se giró curioso y vio a la doncella algo impresionado quedando mudo e hizo un gesto de asustado.

—Willy —lo llamo su esposa poniéndose de pie y se acercó—¿S-sabes, quién soy?

—El miro por los lados buscando una repuesta, luego la miro fijamente extrañado—No —rio tontamente—Eres graciosa, ¿Cómo sabes mi nombre?.

—Y-yo, soy Giselle —se señaló ella misma comenzando a alterarse—¿N-no me recuerdas? Willy —toco su hombro viéndolo triste.

—Sobresalto algo asustado por sentir “tacto”—No, no sé quién es usted…se..señorita.

—¿De verdad no sabes quién soy?—Su rostro estaba afligido y temblaba—Tu eres mi esposo.

—No recuerdo que este casado y créeme que algo tan espantoso como el matrimonio lo recordaría bien —la vio alzando sus cejas irónicamente y sonriendo

—Willy —lo nombro con un  nudo en la garganta>>De verdad no me recuerda<<—¡¿Estás jugando verdad?! —Grito con sus ojos cristalinos—¡No pudiste olvidarme, yo te amo!

—Abrió sus ojos impresionado—Ew, no llores, mojaras la alfombra.

—¡Giselle! —Charlie corrió y alejo a la pelirroja de él viéndola—Tranquila, realmente creo que no te recuerda, pero..

—No puede ser, no, no me recuerda ¿pero por qué solo yo? —bajo la mirada sin poder creerlo.

—No tengo idea, pero lo averiguaremos por ahora solo ignóralo, creo que aspirar el olor de la mezcla si le afecto.

 

Los padres de Charlie se retiraron de la habitación algo preocupados ya que sabían ahora que Willy no recordaba a Giselle, el niño no tuvo de otra más que separarlos, llevándose a su mentor a “trabajar” mientras que ella se quedó en la habitación sentada cercas de la ventana viendo la nevada de afuera que parecía interminable, derramando unas cuantas lágrimas, sentía que su corazón estaba siendo destruido poco a poco, de verdad la olvido, olvido todo lo que pasaron juntos, cuando se conocieron, la primera vez que se besaron, que fue en el salón de chocolate, cuando se confesaron abiertamente lo que sentían, bailaron en aquella fiesta para los inversionistas en Londres, el momento en que el al fin le propuso matrimonio, todos esos bellos recuerdos que ella guardaría por siempre en su corazón, él los había olvidado, pero ahora sabe por qué, sabe que fue por aspirar el dulce, pero más bien fue por su culpa >>Si yo no me hubiera metido en sus problemas de trabajo, esto no, no hubiera pasado<< pensó con sus ojos tristes viendo su anillo puesto, decorado con una rosa.

En eso Celeste apareció desprendiendo luz, algo alterada se acercó flotando gracias a su alas.

 

—Giselle

—¿Celeste? —se acero mirándola.

—Perdón por a verte dejado en ese momento donde él se molestó contigo.

—Descuida, creo —desvió la mirada—Que ahora el problema es peor.

—¿Qué paso?

—Willy perdió la memoria —declaro seria.

—¿De verdad?

—Sí, no sé por qué, si la fórmula de la mezcla funciono con el Oompa loompa, se supone que solo me podía afectar a mí y ..

—¡Ah, no, ya sé por qué!

—¿Por qué?

—Tú traías puesta la bata de dormir de él ¿no?, creía que el cabello era tuyo, pero era un  cabello lacio y oscuro de tu esposo, callo a la mezcla, junto con su ADN —la apunto con su barita impresionada.

—¡Oh no, es por eso que a él si le afecto —>>Todo es mi culpa<<—¿Ahora que vamos a hacer?

.

.

En el salón de chocolate, Charlie y Willy caminaban en el pasto de menta, el chocolatero veía todo el lugar acostumbrado, al perecer todos los cuartos de la fábrica le parecían familiares, sin embargo había otra cosa que además de Giselle no recordaba, el niño se detuvo y el hizo lo mismo, Charlie saco una libreta y comenzó a leerle los trabajos pendientes que debían terminar.

 

—Bueno, Wonka, la crema batida fabricada aquí mismo, no está muy cremosa, hace rato fui a revisar eso, no están batiendo bien las vacas, y ah sí por cierto —arranco un papel de la libreta y se la entrego— La  Citicolina, su fórmula y peso para que volvamos a conseguir un poco más para fabricar de nuevo la mezcla.

—¿De qué hablas? —le cuestiono confundido viendo la hoja.

—De la creación del “Dulce de la memoria” no la hemos terminado.

—No te entiendo, no entiendo nada esto —le regreso la hoja y camino.

—¿Qué? —>>No puede ser ¿olvido cómo fabricar dulces? Oh, no esto si es un problema<<.

.

.

—No lo sé Giselle —hablo su hada madrina preocupada—Pero tenemos que ayudarlo.

—Se abrazó a ella misma angustiada—Hare lo que sea para ayudarlo, al fin y al cabo, esto fue mi culpa.

 

En eso Charlie llego entrando al cuarto sin a ver tocado antes y le explico a la doncella, que Willy tampoco recordaba cómo hacer dulces, esto iba a hacer un problema para la fábrica si el mismísimo chocolatero no sabe cómo crear dulces, ambos de pie junto al hada, quedaron en silencio, ¿Qué podían hacer? Para que el chocolatero recuperara la memoria, deben de hacer algo.

Después de unas horas la Fabrica no está operando bien, sin Wonka, esto no podía marchar como de costumbre, Charlie por su parte hizo lo que pudo, por mismísima suerte ese día no tuvo clases, así que él se estaba encargando de la fábrica, con un poco de ayuda de su familia, Giselle hablaba con Celeste, insistiéndole que le dijera como ayudar a Willy.

—Celeste, dime ¿Cómo haremos que recuerde? —la veía fijamente decidida,

—Me di cuenta que el solo olvido dos cosas, ya que recuerda su nombre, reconoce la fábrica, a los habitantes de ella, pero no te recuerda a ti ni como crear esos caramelos —le señalo el hada con vestido azul—Creo que, como su ADN estaba en esa sustancia solo le afecto a él, aunque no mucho, ya que solo lo inhalo.

—¿Olvido solo dos cosas? —alzo sus cejas algo confundida.

—Creo que son las dos cosas más importantes para él, las que siempre lleva en su mente y corazón.

—Yo y..los dulces —dijo sorprendida abriendo su boca y sus ojos.

—Sí, tenemos que recuperar su memoria.

—¿Pero cómo? —bajo la mirada.

—¿Cuándo nació el sueño de tu esposo, de ser chocolatero?

—Pues .. —desvió la mirada pensando—Desde niño, cuando, tenía 12 años.

—Giselle —se acercó al bello rostro de la chica y dijo—Vas a tener que regresar al pasado, justo cuando Willy era muy joven, para hacerlo recordar.

—¿Qué, pero por que ir al pasado?

—El Willy del presente y el del pasado están conectados, al aspirar esa mezcla con mi magia, más su ADN incluido, altero a su yo del pasado, y para arreglarlo, debes ir a la década donde nació ese sueño.

—B-bueno —la miro extrañada asintiendo—Creo que si te entiendo—sonrió un poco—Entonces dices que debo regresar a la época donde era niño  porque ese niño no tiene esos deseos de hacer chocolates ¿verdad?

—Sí, pero aquí lo importante de viajar al pasado es porque esto que le paso a Willy del presente le afecto a su yo del pasado, gracias a mi magia y su ADN, como te dije anteriormente están conectados.

—Bueno, entonces ¡vamos!

—Primero necesitamos a Willy.

—Ah claro.
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. Continuara..

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