viernes, 24 de junio de 2016

Volver a vivir (parte 2: Final)





La ahijada y madrina fueron en camino a buscar al chocolatero, pero antes se encontraron con Charlie, Giselle le explico todo y su plan, al niño le pareció una gran idea y las apoyo, alentándolas ,pero que no podía involucrarse mucho en su plan ya que él estaba encargándose de toda la fábrica, pero les dijo donde estaba su mentor,  Willy se encontraba en el salón de chocolate, viendo a los Oompa Loompas trabajar, la doncella se acercó lentamente con un pañuelo húmedo en sus manos, caminando tranquilamente hasta que él se dio cuenta de su presencia.



—Willy

—Se giró a verla y abrió sus ojos como asustado—Oh, es usted señorita cabeza de fresa.

—¿Fresa? —repitió algo confundida.

—Celeste estaba detrás de su oído y le susurro—Lo dice por tu cabello rojo.

—Ah —la escucho Giselle entendiendo—No te muevas ¿sí? y…perdón por esto.

—¿Por qué te discul..? —no termino de hablar, la chica había colocado el pañuelo en su nariz, haciendo un poco de presión.



A los pocos segundos el chocolatero cayó al suelo pero su caída fue amortiguada gracias a Giselle quien al sujetarlo de los brazos, ayudo a que cayera suavemente, Celeste rió algo divertida y se acercó a ver a Willy desmayado.



 —¿Cómo hiciste eso, que usaste para dormirlo? —la miro sonriendo con satisfacción.

—Oh es Cloroformo —dijo sonriendo un poco—No es dañino, bueno no es mortal, y lo descubrí ya que estuve un buen rato en el salón de inventos.

—Bueno —agito su varita y elevo al hombre del suelo—Lo necesitamos, si queremos ir a su pasado, sígueme querida —le indico a su ahijada que la siguiera y ella obedeció.



Entraron de nuevo a la habitación de la pareja de excéntricos, la hada de vestido azul, recostó al joven en la cama, Giselle estaba de pie muy cercas de la cama y tomo asiento, Celeste la miro muy seria.

—Llego el momento—movió su barita soltando polvos brillosos, sacó el marco de foto guardado del cajón, la foto de Willy cuando era niño—Toma —se lo entregó a la chica—Pónselo sobre su pecho.

—Obedeció—¿Esto es para..?

—Para que cualquier cosa que pase allá que sea importante, él lo siente y su memoria vaya recuperándose poco a poco, recuerda que están conectados.

—Sí, entiendo —dijo frunciendo el ceño segura—Estoy lista.

—¿No deberíamos avisarle a alguien?

—Bueno la familia Bucket no creo que les moleste y Charlie, bueno está muy ocupado con la fábrica, escribiré una carta —saco un papel y bolígrafo del pequeño mueble que estaba cercas ella y escribió “Si leen esto, Celeste y yo viajamos al pasado para ayudar a que Willy recupere la memoria, no se preocupen, regresaremos y el recordara todo”-Atte: Giselle Wonka.” —Creo que con esto bastara —dijo sonriendo y dejo la carta sobre la cama.

—Iré contigo Giselle, ni creas que te dejare hacer esto sola ¿eh? —la apunto.

—Gracias —asintió.

—Bueno, no perdamos más tiempo —sonrió y moviendo su barita y su mano, apareció una especie de portal de colores encima de ellos, destellando luz—¡Vámonos veinte años atrás! —grito enérgicamente y el portal atravesó a la doncella y a la criatura mágica.



Ambas pasaron a través de una especie de universo abstracto lleno de mucha luz, tras ese brillo y miles y miles de lo que parecían ser estrellas, la doncella sintió como callo en el suelo en medio de una calle desolada, la nieve pudo amortiguar un poco su caída, cayendo boca abajo, llevaba puesto un vestido de frio con un saco azul y botas de invierno, aun lado de ella escucha que alguien piso firmemente el suelo.



—¡Auch, eso dolió! —Se quejó Giselle poniéndose de pie lentamente y al instante abrió sus ojos asustada—M-mi voz —dijo al escuchar su voz un poco más aguda, se tocó la garganta y sintió sus manos extrañas, se vio las manos y los pies más pequeños, le grito asustada a  su hada madrina—¡Celeste, ¿qué me paso, me encogí?!

—¡Shh, silencio! —mascullo el hada convertida en humana—No hagas tanto ruido.

—¿Celeste que te paso? —se giró a verla impresionada—Eres…una..

—Soy una humana si —asintió algo divertida, se veía exactamente igual, claro que no llevaba su vestido azul, al contrario, llevaba puesto una especia de traje tipo oficina, por su puesto color azul marino—Si voy a estar contigo, necesito parecer una humana primero, así que me transforme en una.

—¿Y yo, que paso conmigo? Me siento diferente —se señaló a ella misma viendo a su hada madrina convertida en humana.

—Eres una niña.

—¿Qué? —Le cuestiono y se acercó a una tienda asomándose por la enorme vitrina viendo su reflejo—Es verdad, soy una niña.

—Así es, tú y Willy tienen la misma edad ¿no es así? Pues obviamente en esta época debes de ser una niña casi puberta claro y yo me haré pasar por tu tía—rió.

—Si —sonrió un poco—Ya no recordaba como era de jovencita—Bueno —se giró a verla —¿Ahora tenemos que buscarlo verdad?

—Exacto linda —asintió—Me habías dicho que él era el hijo del más famoso dentista de este pueblo ¿verdad?.

—Si —asintió mirándola atenta.

—Bueno, creo que estamos paradas en las calles de ese pueblo, así que hay que buscar la casa donde vivía tu esposo.

—¡Esta bien, vamos! —la tomo de la mano emocionada y se la llevó consigo >>Que genial, nunca había visto a Willy de niño y ahora es mi oportunidad<<.



Caminaron por las calles, del dichoso pueblo, la ahora, “pequeña” Giselle miraba las casas y a la gente que pasaba por ahí, era feliz conociendo el lugar donde antes vivía Willy, pero por su puesto lo que más le emocionaba era su futuro encuentro con él, Celeste caminaba tomando de la mano a la pequeña Giselle para no perderla de vista, ya que sabía que era muy inquieta.



—Creo que no es en esta calle —dijo Celeste mirando a su alrededor algo insegura.

—Es verdad, no recuerdo a ver venido por aquí.

—Iré a fijarme en esa dulcería si lo veo —apunto la pequeña tienda aun lado de ellas—Tu espérame afuera, porque seguramente me pedirás que te compre chocolate y no tengo mucho dinero humano ¿de acuerdo? .

—Si —sonrió quedándose de pie.

—Bueno, no te muevas —la apunto advirtiéndole y camino atravesando la puerta de madera entrando.



La niña pelirroja miraba a su alrededor, vio un grupo de niños saliendo de esa misma tienda, eran dos niñas y dos niños, el niño de altura más alta, salió con una bolsa llena de dulces al igual que las dos niñas, pisando la nieve del suelo comenzaron a hablar.



—Qué bueno que salimos temprano, gracias a la maestra Rachel —les comento una niña de cabello color avellana.

—Si, por eso es mi maestra favorita, además mira, tengo dulces que me rendirán hasta mañana Halloween. —dijo la otra niña de cabello negro.

—Pues yo me iré disfrazado de pirata mañana —respondió emocionado el niño de altura alta.

—Chicos —les hablo el otro niño de cabello castaño—Me tengo que ir ya a casa —dijo en tono tranquilo llevando su mochila en la espalda, a diferencia de sus amigos que la llevaban arrastrando.

—Está bien, nos vemos mañana en la escuela —se despidió el niño alto y se fue.

—Adiós  —le dijo la niña de cabello negro y se fue acompañada de la otra niña.

—Suspiro profundamente viéndolos irse—Nunca tengo tiempo de jugar  —se quejó mascullando en voz baja y bajo su mochila abriéndola para sacar algo.



Giselle vio algo peculiar en él, de cabeza a los pies, su apariencia era pulcra, su cabello perfectamente peinado y ese aparato dental colocado exageradamente en sus dientes, Dios, casi abarcaba toda su pequeña cabeza, ¿Acaso él era..?



—No puede ser —dijo abriendo sus ojos la pelirroja—Él es, si es el, tiene que ser él.



Una persona paso corriendo y sin querer choco con el jovencito, tirando su mochila y sus cosas se esparcieron por el piso cubierto de nieve.



—¡Ah lo siento! —le grito la persona desde lejos y siguió su camino.

—De nuevo el niño suspiro y se colocó de arrodillas recogiendo sus cosas.

—La niña pelirroja se acercó y lo imito—Deja te ayudo.

—No, gracias estoy.. —alzo su mirada para verla, abrió sus ojos como plato.

—>>Ojos violetas, si, eres tú, mi amado Willy<< pensó con una sonrisa de satisfacción la niña pelirroja, viendo fijamente al niño, cara a cara.

—No pudo decir nada, quedo mudo, ¿pero quién era ella? Le parecía familiar y a la vez desconocida—>>Que bonita es<< fue lo primero que pensó y sacudió su cabeza algo sonrojado alterándose—N-no, de verdad está bien, yo puedo solo —hablo en ese tono algo balbuce ante ante gracias al estorboso aparato de sus dientes.

—¿Seguro?

—Si —levanto sus cosas con mucha prisa y las metió de nuevo en su mochila, parándose del suelo.

—Me da gusto encontrarte —dijo Giselle sonriente poniéndose de pie.

—Lo siento, no te conozco y mi padre no me deja hablar con extraños —desvió la mirada nervioso y se puso de nuevo su mochila.

—Pero…

—¡Adiós! —grito evitando verla y se fue corriendo del lugar.

—¡Espera! —alzo su mano la niña pelirroja pero sintió como tocaron su hombro deteniéndola.

—No lo vi allí, por cierto ¿Qué pasa, Giselle? —le cuestiono Celeste.

—¿Ya llegaste? ¡Celeste, acabo de encontrarme a Willy! —dijo dando pequeños saltos.

—¿De verdad?

—Si

—¿Adónde se fue?

—A su casa, descuida sé dónde es, ya que después de todo el me llevo una vez a ver a Wilbur.

—Bueno vamos —se la llevo tomando su pequeño brazo.

.

.

Mientras tanto en la actualidad, Charlie se encontraba en el salón de inventos trabajando de nuevo en la mezcla para el “dulce de la memoria” era algo difícil hacerlo sin su mentor, al igual que el manejo de toda la fábrica, pero solo era mientras Willy recuperaba la memoria, después de todo al final él se encargara de la fábrica, termino de preparar algunas sustancias liquidas, guardándolas en un refrigerador, decidió descansar un poco e ir a comer, anteriormente ya les había contado a su familia sobre el viaje de Giselle y su hada madrina hacia al pasado, mas aparte les pidió a todos que no le dijeran a nadie que Wonka tenía amnesia, al llegar y entrar a la pequeña casa que aparentaba ser tan frágil, noto a los abuelos despiertos y serios mirando el televisor e ignorando lo que pasaba ahí, su madre discutía con su papá.



—¿Es decir que acabas de llegar del trabajo y sales con, esto? —dijo en tono molesto y cruzada de brazos.

—¿Qué pasa? —cuestiono Charlie en tono serio y actuando tan maduro como siempre.

—Hijo yo.. —hablo su padre bajando la mirada.

—Tu padre le dijo a unos compañeros de su trabajo, que el Sr.Wonka tiene amnesia —soltó un suspiro pesado tocando su frente la Sra.Bucket.

—¿Qué? —exclamo el niño asustado—Papá, ¿Por qué?

—Fueron ellos —se justificó el adulto de cabello negro—Estaban haciéndome muchas preguntas sobre la fábrica, el Sr.Wonka y no sé, simplemente se me escapo, pero no creo que vayan a decirle a nadie más —asintió sintiéndose seguro.

—“En otras noticas.. “—Se escuchó la voz de la reportera en la televisión y todos se giraron a ver la pantalla— “Al parecer el famoso y único fabricante de tan maravillosos dulces, dueño de la fábrica de chocolates más exitosa de la tierra, el Sr.Willy Wonka, se encuentra en estos momentos en estado de Amnesia, por lo que dicen las fuentes.”

—Oh, no.. —negó Charlie viendo las noticias en la televisión, tocando su frente >>Justamente esto era lo que no quería que pasara<<

“Muchos dicen que si este hombre se encuentra sin memoria alguna, la presentación del el tan aclamado y anunciado nuevo proyecto que a un no sabemos su nombre, será cancelado, más aparte dicen que entonces los dulces no serán los mismos, ya que ¿Cómo podrá seguir haciendo tan extraordinarios dulces, si seguramente no recuerda cómo hacerlo? Esto y más se ha estado circulando por internet comentarios de este tipo, hasta ahora no sabemos nada sobre el estado actual del Sr.Wonka pero nuestros reporteros se darán la tarea de investigar eso, seguiremos informando” —concluyo la reportera, el televisor había sido apagado por el abuelo paterno de Charlie quien tenía el control remoto.

—Lastima —pronuncio el abuelo Joe con un semblante sereno—Ahora todos lo saben.

—Charlie —lo llamo su padre tocando su hombro.

—S-supongo que no hay remedio —dijo en voz baja el niño viendo al suelo >>De todos modos la fábrica tiene que seguir en funcionamiento, no importa si Willy no recuerda, no importa si ya todo mundo se enteró de lo que le paso, por suerte solo saben lo que tiene, mas no como le sucedió, ya que si se llegaran a enterar, aun que resolvamos el problema de ese dulce, la gente no lo comprara por tener malas reseñas<

.

.

La pequeña Giselle y su hada madrina ahora, en humana, seguían  los pasos del pequeño Willy, siendo cautelosas, tratando de que no las descubriera, el jovencito llego a su casa, subiendo las escaleras y abriendo la puerta entrando, la pelirroja y su “tía” quedaron de pie a cierta distancia, escondidas tras un árbol.



—Bueno, necesitamos que se conozcan y hacer que tú le ayudes un poquito a que pruebe su primer dulce, ¿su primer dulce fue un chocolate verdad? como me habías contado.

—Sí, y de ahí decidió hacerse chocolatero —asintió mirándola desde arriba escondida detrás del árbol.

—Muy bien, ahí debemos “Atacar” para que recupere su memoria, bueno —salió del árbol viendo directamente la casa de los Wonka—Nos haremos pasar como nuevos clientes ahí, vamos—la tomo de la mano, llevándosela consigo y llegaron a la puerta de entrada, Celeste iba a tocar el timbre pero prefirió primero escuchar, la pequeña conversación de Willy y su padre.

—¿Por qué no tocas? —le pregunto Giselle algo nerviosa y en voz baja.

—Escucha —le susurro con un semblante serio, movió un poco sus dedos y apareció una especie de burbuja, como una esfera de cristal, mostrando visualmente al niño y su padre comiendo, se escuchaba claramente sus voces.



Wilbur Wonka, se encontraba en otra habitación que parecía una sala de comedor, comiendo con su hijo, él estaba en un extremo de la enorme mesa y el niño en el otro extremo, guardando silencio, el hombre de cabello blancos solo se concentraba en degustar su comida, hasta que la voz de su pequeño hijo, interrumpió su pacifico silencio.



—Papá —se escuchó la aguda y débil voz del jovencito, como siempre, se escuchaba como si estuviera balbuceando.

—¿Qué?

—Mañana es Halloween, y mis amigos quieren que vaya con ellos a pedir dulces, disfrazado, ¿me das permiso? —le pregunto viéndolo nervioso.

—Está bien.

—¿Si? —abrió sus ojos sorprendido y sonrió, aunque con ese aparato en sus dientes no se podía distinguir bien.

—Sí, pero nada de dulces ¿Quedo claro? —alzo su mirada y lo apunto con su dedo índice.

—Pero, padre, no tiene nada de ma..

—Ya te he dejado claro antes que no quiero que comas dulces ¿escuchaste? —alzo la voz algo molesto viendo fríamente al pequeño.

—Soltó un suspiro pesado bajando la mirada—Si, padre.



En eso el timbre de la puerta sonó, el Dr.Wilbur se puso de pie sabiendo que quizás era un cliente, dejando su comida en la mesa junto con su hijo, se dispuso a atender, llegando a la puerta y abriéndola, notando a la mujer adulta con traje de oficina azul y aun lado de ella una niña con vestido y peculiar cabello rojo, el con un semblante serio, dijo.



—¿Hicieron cita previa?

—No —respondió Celeste sonriendo—Pero ¿podría revisar los dientes de mi hija? —dijo tocando a Giselle de los hombros.

—Pasen —dijo el hombre adulto dejándolas pasar.

—¿Vive solo Sr.Wonka? —le cuestiono la pequeña Giselle al adulto sonriendo >>Aquí debe estar Willy<<.

—No, tengo un hijo.

—¿De verdad? —dijo y volteo su mirada hacia la otra habitación.



Willy se escondió detrás de la pared de la sala, escuchando, esa voz tan dulce le parecía demasiado familiar, se asomó un poco tratando de que no lo vieran.



—Bueno Doctor —le hablo Celeste al hombre con uniforme blanco—Mi sobrina, me preocupa, creo que tiene caries.

—¿Qué? —se giró a verla Giselle algo desconcertada y Celeste le tapo la boca con su mano y la miro de reojo abriendo sus ojos como plato como diciéndole “Tu di que sí”, después quito su mano de su pequeña boca—Ah, sí, creo que si tengo.

—Recuéstate aquí —le indico el Sr.Wonka con un semblante serio.

—La pequeña niña se recostó en un asiento grande, especial, “asiento dental” también se le conocía, ella miraba el techo.

—Bueno, veamos que tiene —dijo Wilbur y se puso sus guantes, encendiendo las luces conectadas arriba de la silla, para ver bien.



Después de que Wilbur revisara a la niña con vestido, Celeste se acercó al doctor y le pregunto.



—¿Y que tiene mi sobrina?

—Pues —dijo el hombre de cabellos blancos—Al parecer nada grabe, pero si tiene inicios de caries, seguramente por comer muchos dulces ¿verdad niña?

—Ella solo le sonrió.

—¿Se puede quitar? —le cuestiono Celeste.

—Claro, mire —camino a su asiento y saco una hoja anotando—Esto le ayudara a que se pueda evitar, también no olvide recordarle que debe cepillar sus dientes diariamente después de las comidas y usar hilo dental —le entrego la hoja en sus manos.

—Oh, gracias doctor —dijo la mujer rubia—¿Cuánto es por la consulta?

—Sígame, le cobrare por acá —le señalo otro pequeño cuarto, ambos retirándose la niña quedo sola.

—Giselle se bajó de la silla y veía el lugar, notando una mochila negra en el suelo y recargada en la pared, curiosa se acercó, estaba abierta, vio que dentro había una bolsa de dulces—¡Oh, pero si son..! —sintió como alguien cubrió su boca y la jalo hacia la otra habitación.



Willy la había tomado por sorpresa, la tenía recargada en su pecho, ella de espaldas, el cubría su boca con sus manos, ambos estaban de pie, escondidos detrás de la pared que separaba las dos habitaciones.



—¡Shh, no digas la palabra “dulces”! —Le susurro—Mi padre, odia los dulces, no quiere que tenga aquí y los coma.

—Ella solo se movía algo incomoda.

—¿No dirás nada?

—Negó con la cabeza.

—La soltó.

—Se giró a verlo acercándose mucho a su rostro—No te preocupes no diré nada —sonrió.

—El vio su sonrisa y se sonrojo desviando la mirada—G-gracias.

—Ya nos habíamos visto antes ¿verdad? —lo miro juntando sus manos.

—Ah, si —respondió algo nervioso y seguía sin verla.

—Es un placer —alzo su mano para saludarlo—Me llamo Giselle.

—Y-yo, s-soy, William Wonka —dijo y respondió el saludo aun nervioso y sonrojado.

—¡Oh, créeme! —Alzo la voz emocionada—Se muy bien quien eres.

—¿Qué? —exclamo confundido >>Esta niña es extraña, siento que la conozco de toda la vida<< su corazón dio un pequeño brinco.

—Tu padre es muy estricto ¿verdad? —hablo segura de sus palabras.

—Lo es —bajo la mirada muy serio.

—Bueno los padres son así, pero también recuerda que tu padre te quiere a pesar de no demostrarlo—dijo sonriendo.

—¿P-por qué me dices  eso? —le cuestiono viéndola algo confundido—No entiendo muy bien.

—Olvídalo yo me entiendo —sonrió viéndolo—¿Ese aparato dental que tienes, es incómodo verdad? —se acercó y lo toco un poco.

—Sí, p-pero —tartamudeo algo nervioso alejándose—Mi padre dice que valdrá la pena cuando sea adulto, tendré una dentadura envidiable.

—Y un éxito envidiable —concluyo la pelirroja mirándolo a los ojos.

—¿Qué? —apenas y pronuncio y fueron interrumpidos por su padre.

—¡William! —Grito el hombre con uniforme blanco—¿Qué haces hablando con un cliente?

—Ah, perdón padre, estaba..

—¡Ve a tu habitación! —Le señalo las escaleras y se giró a ver su mochila abierta, notando algo, ahí adentro—¿Qué es eso? —Se acercó a sacar las cosas de la mochila de su hijo, descubriendo una bolsa llena de dulces—Lo sabía.

—¡No, padre, no es lo que crees! —se acercó el niño y lo toco del brazo.

—El Dr.Wilbur suspiro pesadamente y vio a Giselle de reojo—Niña usted y su tía ya pueden retirarse.

—Llego Celeste con un semblante serio—Si, pequeña vámonos —tomo a la pelirroja del brazo sacándola de la casa.

—¡P-pero Willy..! —le grito a su hada madrina apuntando la puerta de la casa ya cerrada.

—Olvídalo, no podemos proceder tan rápido con el plan, apenas estamos empezando.

—Suspiro—Pobre de Willy, su padre es muy malo —dijo con un semblante serio, mientas se alejaban de la casa.

—Sí, ya me di cuenta —asintió haciendo gesto de fastidio—Debe pasarla muy mal todos los días.

—No lo deja comer dulces —continuo Giselle—¿Cómo puede prohibirle eso a un niño?

—Pues el —respondió Celeste, cruzaron la calle y se detuvieron, escondiéndose detrás de un árbol—Escucha, ya está oscureciendo y debemos encontrar un lugar donde dormir.

—Y tengo hambre —se quejó la pequeña tocando su estómago.

—Ya te comprare “combustible” de los humanos

—Se llama “comida” Celeste —la corrigió Giselle riendo algo divertida.

—Sí, si eso —frunció el ceño haciendo sus ojos en blanco—Vámonos, o nos empezaremos a ver sospechosas.



El hada madrina, buscaba un lugar donde dormir, encontraron una casa abandonada, alejada de las otras casas, Celeste la eligió, para dormir, usando su magia, la limpio y la decoro a sus gustos, dándole todo lo que una casa tiene; Camas, comedor, baños, cortinas, todo.

Después de eso, Celeste salió a comprar comida, por lo que dejo a la pequeña Giselle encerrada en la pequeña casa, mientras la niña estaba sentada en un sillón viendo hacia la ventana, de nuevo estaba nevando, aunque no podía sentir los copos de nieve, ni sentir el aire helado en sus mejillas, podía ver como copo por copo caía desde el cielo, sus pequeños pies ni siquiera tocaban el suelo, se sentía algo extraña siendo una niña de nuevo, pero le agradaba al fin a ver conocido a su esposo de niño, es una experiencia que sin duda nunca olvidara, por un momento se le olvida que está aquí para ayudar al jovencito de ojos violetas, convertirse en chocolatero, ¿Qué podría hacer? Primero debe hacerse su amiga.

En eso Celeste llego, sirviendo la comida en la mesa, cenaron, posteriormente su hada madrina le comento algo importante a su ahijada mientras se preparaban para dormir.



—Giselle en lo que hable con el Dr.Wilbur, supe donde estudia su hijo, los horarios, todo, con el pretexto de que quizás te inscribiría ahí —explico la mujer rubia y se recostó en su cama.

—¿De verdad? —abrió sus ojos algo impresionada.

—Sí, así que mañana, iremos, lo veras antes de que entre a clases y cuando salga, recuerda debes de hacerse su amiga.

—Sí, lo sé, pero es que —bajo la mirada pensativa—Es muy callado, no se parece en nada a Willy adulto.

—Bueno ahora es un niño, uno cambia con el tiempo —entre cerro los ojos viéndola y se volteo cubriéndose con una colcha—Ahora ve a dormir.

—Si —algo seria se acostó y se tapó hasta la cabeza.

.

.

Amaneció, Celeste Y Giselle después un rato, fueron directo a la escuela en donde estudiaba Willy, al parecer aun no entraban a clases, pero las puertas estaban abiertas, la mujer adulta rubia  llego tomada de la mano de la pequeña niña de cabello rojizo, en el instante en que entraron a la escuela a Celeste se le ocurrió algo.



—Giselle —la llamo con una sonrisa.

—¿Si?

—Voy a decirle a los encargados de esta escuela, que eres una estudiante de intercambio y que primero quieres conocer la escuela —asintió decidida.

—No es mala idea —abrió sus ojos y sonrió satisfecha.



La hada madrina de la pequeña doncella, la había dejado sentada en una pequeña banca blanca cercas de la entrada principal, diciéndole que iría a hacer lo que se le ocurrió, hacerse pasar por una “estudiante de intercambio” no era mala idea, este día podía estar en la misma escuela y en la misma clase que Willy, así podía pasar más tiempo con él, ella tarareaba una canción mientras  movía sus pies que colgaban de la alta banca, por supuesto no podía tocar el suelo, era muy pequeña de estatura, luego de unos minutos comenzaron a llegar niños, entrando ya sea corriendo o riendo junto a otros compañeros, escucho las risas de unos niños que estaban a punto de cruzar la puerta.



—No olviden, que hoy en la noche es Halloween así que ya saben—se escuchó la voz de un niño, que ella había escuchado antes—Así que nos reuniremos afuera de la casa de Willy, para ir a pedir dulces.



Escucho Giselle y rápidamente corrió hacia la entrada >>Deben de estar por entrar, él debe de estar con ellos<< pensó en sus adentros y llego rápidamente a ellos, no pudo frenar sus pies a tiempo y choco con el niño que llevaba un aparato en sus dientes.



—¡Ah! —se quejó el pequeño Willy en el suelo y abriendo sus ojos la vio de nuevo —Oh, G-giselle..

—Se puso de pie sacudiendo su falda—Perdón, no vi por donde iba —se disculpó y le estiro la mano para ayudarlo a levantarse—Nos encontramos otra vez —le sonrió radiantemente.

—Si —respondió y tomo su mano, levantándose del suelo para luego verla a los ojos, sin soltar su mano—¿Qué haces en esta escuela?

—Soy estudiante de intercambio y..

—¡Willy, ¿qué paso?! —le cuestiono el niño alto acercándose y por detrás lo siguieron las dos anteriores niñas que la pelirroja había visto antes.

—Ah, nada Terrans —lo miro Willy algo nervioso—Solo choque con..

—¿Quién es ella? —continuo preguntándole Terrans acercándose.

—¡Oh! —Volteo a verlos Giselle sonriendo ampliamente y los saludo agitando su mano alegre—Soy Giselle.

—Si —confirmo Willy viéndola de reojo—Pero es..

—Terrans noto que estaban tomados de la mano—¿Y es tu novia? —hizo una cara picarona y alzo una ceja.

—¡¿Qué?! —Sobresalto el joven con “brackest” sonrojado hasta las orejas—¡N-no..!

—Sí, si lo es —afirmo una de las niñas riendo divertida.

—Él se volteo a ver a la niña pelirroja y soltó su mano algo extasiado—¡N-no es m-mi novia! —Tartamudeo—Ella es..

—Soy una amiga —les respondió la doncella sonriéndoles—Vengo aquí como estudiante de intercambio.

—¿Estudiante de intercambio? —repitió Terrans alzando las cejas—Interesante.

—Es un gusto Giselle—Le hablo una de las niñas—Yo soy Verónica—la vio de pies a cabeza—Tu color de cabello es muy extraño, pero es bonito, no he visto a mucha gente pelirroja.

—Gracias —dijo la doncella sin borrar su sonrisa.

—Y yo soy Ruthi —le sonrió la otra niña quien estaba escondida detrás de Verónica—Somos “amigos” de William.

—¿Así? Es un gusto conocerlos —seguía sonriendo la pelirroja y aun lado de él estaba Willy algo serio.

—Bueno—Hablo Terrans acercándose a ellos—Hoy en la noche iremos a pedir dulces, si quieres puedes venir con nosotros ¿eh? —le sonrió y se giró a ver al par de niñas—Es hora de ir a clases —les indico la entrada y las dos niñas lo siguieron por detrás.

—Willy —lo llamo Giselle viéndolo de reojo—La mentó si ayer te provoque problemas, no debí abrir tu mochila, realmente a él no le desagradan los dulces.

—N-no tienes que disculparte —dijo tartamudeando un poco y sin verla—Él siempre es así —se giró a verla por unos segundos—Bueno, ya me voy a clases —dio media vuelta y se encamino a entrar.



Después de unos segundos la niña también corrió a la entrada, llegando se encontró con Celeste quien se le veía satisfecha, la tomo de la mano y la sentó en una banca, mirándola cara a cara.



—Ya está todo arreglado, estarás aquí como estudiante y te enliste en la misma clase que Willy —le sonrió.

—¿De verdad?

—Sí, ahora ve a clases, no te preocupes, yo  estaré aquí por si necesitas ayuda, desapareceré y me transformare de nuevo en mi forma real de hada, para vigilarte.

—¿Pero si alguien te ve volando por aquí?

—Descuida, solo las personas que han hablado conmigo en mi forma original pueden verme, así que no hay de qué preocuparse

—Oh Celeste —dijo asombrada—¿Hay algo que no puedas hacer?

—Pues…—miro a los lados pensando—No puedo aparecer comida.

—Rio divertida.

—Anda, ya, ve a clases —le indico y le señalo el salón que por suerte estaba cerca.

—¡Sí! —alzo sus manos emocionada y corrió a la entrada del salón de clases.



Al llegar muchos niños jugaban y otros estaban sentados en sus banquillos escolares, al parecer nadie había notado su presencia, bueno eso hasta que un niño se giró a verla y le grito.



—¿Qué haces aquí niña? —le pregunto desde lejos.

—Ah —pronuncio sonriente la pequeña doncella—Soy estudiante de intercambio, vine a las clases con ustedes.



Varios niños se acercaron, sintiéndose algo cautivados por la innegable belleza de la niña de ojos azules, además de su peculiar cabello rojo, que al parecer era extraño ver una persona con ese color de cabello en el pueblo, muchos la saludaron y otras niñas  se sentían algo celosas, por otro lado en una banquilla Willy estaba sentado leyendo un libro de Odontología, al parecer su padre había influenciado mucho en él, ignorando a todos los demás, ni si quiera estaba con sus “amigos” que anteriormente Giselle había conocido, parecía alejado del resto de los niños y no es que fuera frio,si no que simplemente su actitud madura y  tranquila no encajaba con la de los demás, Giselle clavo su mirada en aquel niño con ese extraño aparato dental en sus dientes y ojos violetas, alzo su mano para saludarlo, alejándose del resto de los niños, llegando a donde estaba Willy sentado.



—¡Hola Willy! —sonrió la niña y recargo sus manos en la pequeña mesa de madera individual, en la cual el niño recargaba su libro, ella lo encaro sonriendo.

—¿Eh? —abrió sus ojos algo asustados viéndola sin querer, fijamente >>E-está muy cercas, me pone nervioso esta extraña chica<< sintió como su corazón se aceleró, sus mejillas se sonrojaron, desvió la mirada y tocio—H-hola.

—Estaremos juntos en este día de clases ¿no es genial? —le comento y acerco un banquillo junto con la pequeña mesa de madera, juntando muy cercas la banquilla aun lado de la de el, sentándose y lo vio de reojo sonriendo.

—Él se giró a verla y por alguna extraña razón le sonrió aunque por su aparato en los dientes no se notaba mucho—S-si, es genial —la miro fijamente a los ojos perdiéndose en ellos.

—¡Terrans ¿saca a este perro de aquí! —le grito su compañera Verónica algo asustada alejándose le animalito.

—Ahorita lo saco, mi padre vendrá en unos minutos, además el maestro no ha llegado—dijo divertido acariciando al perro.

—¡Oh, un perito! —grito Giselle bajándose de su banquillo corriendo y se acercó al perro a acariciarlo, para después empezar a hablarle—¿Cómo estas perrito? —pregunto mientras lo veía y el perro ladro varias veces—Pues ten más cuidado cuando juegues por la calle —le respondió la niña al perro y muchos se asustaron y otros rieron.

—Willy vio la escena con la boca abierta impresionado >>¿¡Habla con los animales!?<< pensó en sus adentros y la observaba desde la distancia.

—¡Wow Giselle, hablas con los animales! —grito una niña y los demás se acercaron asombrados.



En eso llego la maestra, Terrans de inmediato saco el perro, la maestra con un semblante serio, llego con su maleta colocándola encima de su escritorio y aplaudió tres veces mirando a los niños.



—¡Muy bien ya va empezar la clase a sus lugares!



Pasaron los minutos, la maestra les explico un tema de biología, después les aplico un ejercicio, que era en parejas, todos los niños escogieron a su pareja, para hacer el trabajo, Terrans hizo equipo con otro niño de ahí, Verónica con Ruthi, y Willy estaba sentado leyendo el ejercicio solo, en eso Giselle acerco su silla pegándose mucho a él y le sonrió mirándolo de reojo.



—Willy, hagamos equipo —le ofreció sin dejar de sonreír.

—Ah…—se giró a verla sonrojado y sonrió leve—Sí, claro —acepto bajando la mirada algo apenado y se concentró en su libreta con los apuntes.

—¿Te gusta leer?

—Algo, bueno de vez en cuando leo libros de Odontología.

—¿Odontología? —Frunció el ceño—¿No sería mejor, leer libros sobre los dulces? —le sonrió palmeando su hombro.

—¿Qué?,no, mi padre odia los dulces, jamás me dejaría leer un libro sobre ellos en casa —la miro algo desanimado.

—Bueno.. —desvió la mirada y debajo de sus rodillas noto unas chispas y polvo brillante azul, apareció Celeste en su forma original, y moviendo su barita le apareció un libro sobre la elaboración y creación de los dulces colocándolo sobre sus pequeñas piernas debajo de la mesita de madera.

—Ten, dale esto —le dijo en voz baja y desapareció.

—>>¿Cómo consiguió esto?, bueno no importa<< pensó y se giró de nuevo a ver al niño de ojos violetas y tomo el libro en sus manos—Pero igual quiero darte esto —le sonrió extendiendo sus brazos y entregándole el libro en sus manos.

—Oh ¿Es para mí?

—Sí, ya que te gusta leer y tu padre no te permite comer dulces, al menos sabrás como se hacen —lo vio fijamente algo satisfecha.

—Bueno, en realidad no debería, ya que si mi padre se entera..bueno, como es un regalo no puedo rechazarlo —dijo algo desconcertado guardando el libro en su mochila y se giró a verla—Gracias —pronuncio con esa voz que parecía que siempre balbuceaba.

—De nada —cerro sus ojo sonriendo.

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En el presente:

Charlie estaba algo molesto con su padre, ahora todo mundo sabe que Willy no recuerda cómo hacer dulces, pero pueden arreglarlo y hablar bien con los medios de comunicación, decidió ir a ver a su amigo y mentor, abrió la puerta de la habitación entrando, dándose cuenta que el chocolatero seguía dormido, sobre su pecho una fotografía de el mismo cuando era niño, Charlie se acercó y se asomó, le parecía extraño que tuviera esa fotografía pero prefirió no mover nada, se sentó en una silla que estaba muy cercas de la cama, tomando asiento, guardando silencio, veía al hombre dormir plácidamente, era malo saber que su amigo tenia amnesia, no recordaba lo que más le apasionaba pero era triste, ver que no reconoció a su esposa, si él se sentía mal, se imaginaba el profundo dolor de Giselle, que ocultaba a través de una radiante sonrisa, diciendo que ayudaría a recuperar su memoria, realmente lo amaba, esperaba y tenía esperanzas de que su mentor y amigo, recuperara su memoria, recordara lo que lo llevo a lo que es ahora: El mejor chocolatero y fabricante de dulces del mundo y por supuesto, que recordara a esa mujer que lo hizo hacer cosas que él jamás se había imaginado que fuera capaz de hacer, como por ejemplo lanzarse solo a su querido rio de chocolate por que el anillo de rosa, había “caído “aparentemente ahí, mientras pensaba el pequeño, el teléfono de la habitación sonó, estaba puesto sobre una pequeña mesa de madera del otro lado de la cama, Charlie se puso de pie y rodeo la cama, tomando el teléfono y colocando la bocina en su oreja derecha.



—¿Hola? .

—Charlie Bucket —se escuchó una voz familiar para el niño de ojos verdes.

—¿Dr.Wilbur? —Alzo las cejas algo impresionado—¿Qué pasa?

—¿Es verdad lo que dijeron en las noticias? —le cuestiono con voz firme y dura.

—Ah, eso.. —desvió la mirada resignado—Si, señor, Willy perdió la memoria..

—¿Pero cómo fue eso?

—Vera, hubo un error en la mezcla de un dulce y Willy alcanzo a aspirar el olor que desprendía, después de unas horas colapso, para después despertarse y ya no recordaba cómo hacer dulces.

—¿Dónde está ahora?

—Se encuentra dormido, porque, bueno es una larga historia, pero no se preocupe, estará bien, recuperara la memoria, me lo aseguro Giselle Wonka y yo creo en ella.

—Suspiro—Esta bien, confiare en ustedes, el viernes lo veré, en la presentación del dulce, ¿está bien?

—Sí, hasta entonces —colgó, giro su cabeza viendo al chocolatero dormir, parecía soñar porque de repente hacia unos gestos extraños >>Me pregunto ¿Qué estará soñando?<< pensó y después se retiró de la habitación.

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En el pasado:

Al terminar las clases, ya estaba atardeciendo, el pequeño Willy caminaba a la salida, mientras que Giselle lo seguía por detrás, tenía que acercarse más a él, debía hacerlo, se notaba que su padre estaba influenciando mucho en él, si en el presente el ya no recuerda cómo hacer dulces, pueden hacerlo recordar, empezando por donde nació esa pasión, y claramente fue cuando el probo su primer dulce a que fue justamente un día después de Halloween, debía hacer que eso que ocurrió una vez volviese a pasar, la doncella sintió que tocaron su hombro, se giró a ver de pie, era Celeste, de nuevo luciendo como una humana.



—Giselle, ¿Qué paso? Cuéntame. —la miro fijamente muy interesada.

—Pues —desvió los ojos serena—Creo que lo vi en más confianza conmigo, hablo más y acepto el regalo del libro.

—Ah, qué bien.. —asintió cruzada de brazos.

—Hoy en la noche, como es Halloween irán a pedir dulces, y yo iré con ellos —sonrió.

—Bien, si podrás estar más cercas, recuerda que debe probar el dulce.

—Si lo sé —se giró a ver por arriba de su hombro, buscando con la mirada a Willy, estaba ya más lejos sentado en una banca por la entrada de la escuela.

—Espérame aquí —dijo y se alejó de la mujer que se hacía pasar por su tía, acercándose a paso tranquilo al niño—Hola —pronuncio en tono dulce.

—¡Oh! —Se sobresaltó el jovencito sentado con su mochila en el suelo cercas de sus pies y con el libro que le había dado anteriormente, sobre sus piernas—H-hola —desvió la mirada.

—Ese es el libro que te di —se acercó sentándose a un lado de él, viendo el libro para luego clavar sus ojos en él.

—Ah..s-si,lo es, solo leí un poco, por curiosidad —la miro algo nervioso.

—Sonrió—Ya veo, espero y lo leas, de verdad, sé que te va a gustar.

—S-si—tartamudeo y guardo el libro en su mochila de nuevo—Te lo prometo —la miro sonriendo un poco.

—¡Ah, ahí estabas!—le grito Terrans desde lejos, acercándose a ellos—Uh, perdón estás hablando con tu novia —Alzo una ceja con una sonrisa pícara.

—¡N-no es mi novia, Terrans!—le reclamo algo sonrojado.

—Si, como sea —se incorporó el niño de estatura alta—¿Si vendrás con nosotros a pedir dulces verdad? —aplico énfasis viéndolo de pie al niño con “brackets”.

—Pues.. —desvió la mirada, pensativo, soltó un suspiro, de nuevo viéndolo—No.

—¿No?

—¿Qué? —exclamo la doncella viéndolo extrañada.

—Lo siento Terrans —continuo el joven con corbata—Pero mi padre no..no me dio permiso y además —miraba a su alrededor—No tengo disfraz.

—¡Bah, son excusas! —le grito el niño alto molesto—Simplemente di que no quieres y ya.

—No quiero. —frunció el ceo viéndolo.

—Como quieras —dio media vuelta Terrans retirándose

—¡Ah,p-pero..! —tartamudeo la pelirroja poniéndose de pie >>Mintió, su padre si le dio permiso<< pensó algo molesta y se giró a verlo, él estaba aún sentado—Creí que irías, yo también iré.

—Pues que bien por ti, pero mi padre —apretó sus manos sobre sus rodillas—N-no me dio permiso.

—¡Mientes, tu padre si te dio permiso —le grito enojada cruzándose de brazos.

—¿Qué, como sabes que mentí?.

—Porque yo…—>>Oh, es verdad, él no sabe que escuche su conversación con su padre<<—D-digo —agito su cabeza— P-porque vi en tus ojos que mentías, simplemente lo sé —sonrió algo nerviosa.

—Bajo la mirada—No me gusta mentirles, pero..no me da buena espina esto, así que por eso le dije que no.

—¿Ah, así eres de negativo? —Se agacho mirándolo frente a frente—¡Todo saldrá bien!, vamos, no pasara nada, será divertido—le sonrió.

—Es que —balbuceó con la mirada baja.

—Ella tomo sus manos y lo vio a los ojos—¡Vamos William!.

—A-ah —tembló y se sonrojo de nuevo, al ver su rostro muy de cercas, miro hacia un lado, para luego verla de nuevo—Esta bien.

—¡Si! —grito la chica y dio saltos agitando sus brazos emocionada.

—Sonrió viéndola fijamente >>¿Quién eres? Siento que, te he visto antes, esto..<

.

.

Llego la noche de Halloween y los pequeños llegaron a la casa de Willy, Verónica estaba disfrazada de Ángel, Ruthi de bruja, Terrans de Pirata, llegaron tocando el timbre de la casa de los Wonka, Willy salió abriendo la puerta, saludándolos, asomándose más allá, arriba de las cabezas de sus “amigos” buscando a Giselle.



—¿Y tu Novia Willy? —le pregunto divertido Terrans notando que era muy obvio que la buscaba.

—Ya te dije que no es mi novia —respondió algo molesto y se colocó la sábana blanca encima, cubriéndose completamente, era un fantasma.

—Pues no vino, ya mejor vámonos, si no los demás nos ganaran las casas —comento alegre Verónica corriendo a la calle.



Los jóvenes caminaron por las calles, llegando a varias casas a pedir dulces, al igual que muchos otros niños disfrazados, cargando sus calabazas de plástico llenas de dulces, Willy en su calabaza ya cargaba con muchos dulces, pero no se atrevía a comer uno, simplemente aunque tuviera muchas ganas, no podía, ciertamente si Giselle no lo hubiera convencido el no estuviera ahora en casa por casa pidiendo dulces, por dentro quería que ella estuviera aquí, esa niña era realmente extraña, pero era maravillosa, nunca la había visto por aquí, debe de ser nueva en la colonia, era tan bella como peculiar.

Llegaron a una casa, tocando el timbre, la puerta fue abierta y saliendo de esta, una mujer adulta y regordeta, cargando un plato lleno de caramelos con una sonrisa.



—¡Dulce o truco! —gritaron todos en unísono.

—¡Oh! —exclamo entre risas la mujer viendo a todos los pequeños—¿Qué tenemos aquí? —miro a cada niño con serenidad—Ruthi, Verónica, Terrans.. —Cambio su semblante a uno de extrañeza—¿Y miren eso quién es?.

—El niño de ojos violetas se quitó la sábana blanca de su cabeza descubriendo su rostro con una sonrisa.

—¡El pequeño Willy Wonka! —descubrió la mujer riendo divertida.



Giselle caminaba por las mismas calles, disfrazada de Hada, curiosamente el vestido era igual al de Celeste, era más que evidente que ella le concedió el disfraz por magia, Celeste de nuevo estaba en su forma original volaba arriba de las casas siguiendo los pasos de la niña, solo vigilando y esperando a que la pelirroja necesitara su ayuda, mientras el hada miraba desde abajo a su ahijada pensó muy seriamente  >>¿Cómo estarán allá en el presente? Espero y no haya problemas, estamos haciendo esto para que su esposo recupere la memoria de hacer dulces…pero ¿Qué hay de ella? Tampoco la recuerda y esto lo hacemos solo por lo de los dulces, entonces ¡¿Cómo va a recordarla a ella de nuevo?! No pensé, bueno no pensamos en eso<<.

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En el presente:

Charlie después de hacer su tarea, se encontraba en el salón de inventos, ya era jueves por la tarde, continuaba con el proyecto del “Dulce de la memoria” aunque ahora sin su mentor, era esto más complicado, de nuevo trabaja en la preparación de la mezcla, ya con nuevo material, aunque no estaba totalmente concentrado, pensaba en Giselle y su hada madrina, ya estaban tardando en regresar ¿Y si les paso algo? ¿Qué tal si Willy despierta, no les pasara nada ellas, no les afecta? Tenía muchas preguntas y sin respuesta, decidió dejar eso pendiente, y concentrarse en el proyecto.

En la habitación de Willy, el chocolatero seguía inconsciente, pero no fue hasta después de unos minutos que movió uno de sus dedos, estaba teniendo una especie de sueño, en su mente,veía todo un panorama de nieve cayendo del cielo, él estaba de pie, en bata, mientras veía de lejos a un niño con aparato dental,en traje, de pie mirando al cielo muy pensativo, el no entendía bien porque estaba así el pequeño,pero se dio cuenta que era el cuándo era muy joven, de pronto vio una niña de cabellera rojiza, parecía un ángel, corriendo, paso en medio de ellos riendo y al parecer tarareaba una canción, Willy wonka cerro lo ojos de pie, escuchando la dulce voz de la niña,le parecía familiar esa dulce voz,pero no podía recordar bien, poco después abrió sus ojos y su otro yo, de niño, ya no estaba, solo había nieve cayendo por todos lados, de mucho más lejos, noto la figura de una mujer con vestido azul, su cabello igual rojo, resaltaba del panorama totalmente blanco, sintió su pecho arder, su corazón estaba latiendo como loco.



—¡¿Quién eres?! —le grito el chocolatero desde su distancia, pero la mujer no respondió, no podía ver su rostro, parecía desvanecido, es decir que veía todo su cuerpo y radiante cabello,pero no podía ver su rostro.

Poco a poco la mujer se acercó a él, pudo leer en sus labios algo, ella dijo:

 — “Jamás estarás solo, porque yo siempre estaré contigo, por toda la eternidad”.

Cerro de nuevo los ojos, porque la mujer se desvaneció a través de una luz azul brillante, iluminando todo el lugar, de nuevo todo se oscureció, parecía estar ahora en una habitación oscura, su cuerpo podía estar inconsciente pero su mente y corazón estaban despiertos, de nuevo estaba el en bata, se dejó caer al suelo, de rodillas, no podía ver bien, era una oscuridad profunda.

—¿Dónde estoy, quien era ella? —se preguntó y toco su pecho, de pronto le vinieron voces, era la voz de su padre, se escuchaba fuerte y clara, de todas esas veces que lo regañaba, cuando le prohibía no comer dulces.

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En el pasado:

Giselle había encontrado a ese niño de ojos violetas, se encontraba ahora solo, sentado en una banca, con la calabaza de plástico repleta de dulces sobre sus piernas, estaba cercas de su casa,la niña se acercó a él, mirándolo de pie sonriendo.

—¡Willy, que cantidad de dulces! —Grito emocionada—Yo no he ido a pedir ,creo que los demás me ganaron, ¿Por qué no pruebas un dulce? Anda tu padre no está aquí.

—No decía nada, se mantenía con la mirada baja.

—¿Qué pasa? —se borró su sonrisa y lo miro algo asustada.

—¿Quién eres? —le cuestiono alzando su mirada y se puso de pie sosteniendo la calabaza de plástico.

—¿Qué? Ya te lo dije, vivo aquí en este pueblo y como estudiante de intercambio en tu escuela.

—¡No! —Grito negando—Eso no, ¿Qué eres mío y por qué insistes en que pruebe un dulce cuando lo tengo prohibido?

—Lo miro seria >>Sabia que esto pasaría, después de todo es Willy, es inteligente y si le digo la verdad, que llegue aquí por magia no me creerá<<;—Soy, Giselle —hizo una pausa y continuo sin dejar de verlo—Y soy tu amiga y te quiero.

—Al escucharla, se sonrojo y frunció el ceño algo molesto, acercándose a un bote de basura cercas, apunto de tirar los dulces ahí, pero la pelirroja lo detuvo.

—¡No lo hagas! —le advirtió tomándolo de los brazos algo alterada.

—¡¿Por qué?! —le pregunto y trataba de zafarse de su agarre.

—¡Si lo haces, en un futuro no serás tú! —grito cerrando sus ojos.

—Se detuvo, quedando congelado—¿D-de que hablas?

—Lo soltó y se colocó enfrente de el con un rostro afligido.

—Los dulces son lo mejor del mundo —dijo sin dejar de verlo a los ojos, estaba a punto de llorar—Y un día —se limpió las lágrimas que estaban por salir y continuo alzando su barbilla sonriendo levemente—¡Tu Willy wonka, sé que serás el mejor chocolatero del mundo!

—¿Chocolatero? —repitió confundido y a la ves extasiado.

—Si —sonrió y se acercó más a el—Lo serás algún día —en su cabeza escucho la voz de Celeste, le dijo: “Ya es hora Giselle,lo hemos conseguido, estoy segura que él no se deshará de los dulces, ira a su casa, su padre le quemara los dulces, pero sobrevivirá un chocolate, él lo probara y ahí es donde iniciara su pasión por ser Chocolatero, pero..” —¿Pero? —dijo en voz baja viendo que el niño y toda las demás gente que pasaba estaba congelada, como si el tiempo se hubiera detenido por unos segundos—“No encuentro la manera de que el té recuerde a ti de nuevo, lo siento” —N-no importa —cerro sus ojos y empezó a derramar lágrimas en silencio— Solo quiero,que el de nuevo tenga esa pasión por lo que ama, los dulces, si no, no sería el, no sería mi Willy, solo eso quiero, porque lo amo.



Esas palabras resonaron en todo el pueblo, de nuevo la gente comenzó a moverse, todo en su curso normal,el Willy niño la miro algo asombrado y dijo.



—Y-ya me voy a casa —le sonrió y tomo su mano derecha besándola tierna mente—¿Te volveré a ver?

—Ella se limpió las lágrimas y sonrió amplia mente—Si, te prometo que, nos volveremos a ver en un futuro, Willy Wonka.

—El noto un anillo peculiar en su dedo,era un anillo de oro con una rosa color rosa incrustada—¿Y eso? —apenas dijo antes de que la chica se diera cuenta.

—Ah, eso —>>>Olvide que lo tenía puesto<<—Bueno, es el tesoro más valioso que tengo, por que la persona que más amo en el mundo me lo dio —dijo y escucho de nuevo la voz de Celeste : “Es hora de irse, Giselle”, sintió como su cuerpo, estaba desprendiendo brillos azules, parecía una chispa.

—¿Y Quién es esa persona?

—Giselle no le respondió solo sonrió soltando una pequeña risa y lo abrazo, el apenas y correspondió.



El niño cerro los ojos, puesto que la luz lo cegó, cubrió su rostro con sus antebrazos para después abrir de nuevo sus ojos y la niña ya no estaba, miro hacia los lados, le dolía un poco la cabeza, sorpresivamente estaba en la puerta de su casa, apunto de entrar.



—¿Qué paso? —Desconcertado—¿M-me lo habré imaginado? —se cuestionó, sosteniendo aun los dulces,su pulso ya estaba normal, se sentía normal en todos los sentidos, siguió dudoso, pero luego le restó importancia y giro la manija de la casa para entrar.

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Ahora ya en el presente:

Willy wonka seguía inconsciente, de nuevo estaba perdido en su sueño, ahora él estaba de pie, viendo de lejos, la gran escena, de cuando el probo su primer dulce, su padre lo había puesto a limpiar la chimenea, el pequeño Willy de rodillas usando un cepillo, barriendo las cenizas, noto una pequeña bola envuelta en aluminio, la tomo en sus manos y desprendió la envoltura, dándose cuenta de que era chocolate, algo ansioso, mordiéndola, al fin probando su sabor, de ahí, continuo su investigación de los dulces y el chocolate, anotando de que estaban hechos y pensando en cómo mejorarlos, después llego el día en que él le dijo a su padre que quería hacer en el futuro, estando enfrente de su padre cercas de la puerta de la salida de la casa.



—Los dulces son una pérdida de tiempo —se escuchó fuerte y clara la voz de su padre, el Willy adulto veía la escena como si estuviera ahí, Celeste tenía razón, estaban conectados, el veía a su padre de lejos, estaba molesto y continuo—No permitiré que mi hijo sea chocolatero.

—El niño con una gran determinación dijo—Entonces huiré, a Suiza,a Bavaria, a las capitales chocolateras del mundo —frunció el ceño viendo al hombre de cabellos blancos.

—¡Muy bien hazlo, pero no me busques cuando vuelvas! —exclamo con ira el Dr.Wonka.

—El niño tomo su mochila y salió de su casa cerrando la puerta con fuerza.

—El hombre con bata blanca apretó sus guantes, con impotencia.



Después parecía como si había pasado una tormenta enfrente de él, recordó los dulces, sintió como esa pasión y afición por los dulces y el chocolate regreso a su mente, su elaboración, la esencia, todo, abrió sus ojos finalmente en el presente, extasiado y de sobresalto, levanto su espalda del colchón, sentado, sintió como alguien lo rodeo en sus delgados brazos, era Giselle, el recargo su barbilla en su hombro y respiraba agitad amente.



—Willy —pronuncio Giselle en tono bajo, abrazándolo.

—¿Qué me paso? —cuestiono dudoso viendo a su alrededor, estaba en su habitación.

—Es una larga historia pero, lo importante es, que..

—¿Y quién eres? —continuo preguntando confundido y con un rostro de susto.

La joven fue interrumpida, porque la puerta del cuarto se abrió de trancazo, Charlie estaba respirando agitadamente al parecer había venido corriendo al enterarse por Celeste que habían llegado y logrado su objetivo, al igual que el Sr. Y la Sra.Bucket, también entraron a la habitación algo sorprendidos.

—¡Wonka! —grito Charlie acercándose, la pelirroja se separó del chocolatero y le abrió paso a los Buckets alejándose.

—Oh, Charlie —le sonrió el hombre de cabello castaño y toco su hombro.

—¿Ya estás bien, recuerdas los dulces? —le pregunto algo ansioso.

—Si Charlie,¿Por qué preguntas,que me paso? —Le pregunto curioso, al parecer no sabe nada de lo que paso después de que la chica lo dejo inconsciente.

—Bueno, inhalaste la mezcla del “Dulce de la memoria”, afectándote, habías olvidado hacer dulces, pero Celeste y Giselle regresaron al pasado donde nació tu pasión por ello y ayudaron a que marchara bien, sin cambiar las cosas, al final lo lograron.

—¿Quién es Giselle? —les cuestión y los padres de Charlie guardaron silencio.

—¿Qué? —exclamo asustado Charlie >>Todavía no la recuerda,por qué?<<—¿Preguntas quien es Giselle?

—El nombre de Giselle —respondió Willy viéndolo serio—Fue lo primero que recordé al despertar, pero no puedo recordar su rostro.

—Bueno ella es mi amiga y.. es tu es.. —la chica lo interrumpió.

—¡Charlie! — lo llamo la doncella, el niño se giró a verla y ella solo negó con la cabeza con su rostro afligido, viendo a su esposo de lejos, guardo silencio dándole la espalda.

—Giselle —pronunciaron el unísono los padres de Charlie viendo a la chica con lastima.

—Willy observo fijamente a la chica de perfil >>Giselle,ese nombre me suena<< pensó con un rostro extrañado y confundido.

—La chica se giró a verlo le sonrió y dijo—Es bueno volver a verte como antes, aunque ya no sepas quien soy, yo jamás te dejare solo, porque siempre estaré contigo, por toda la eternidad —dijo y se retiró de la habitación.



Todos guardaron silencio, Charlie se giró a ver a Willy quien aun con un rostro de entre miedo y confusión, se levantó, saliendo de la cama, poniéndose su sombrero de copa, notando que la chica había dejado el marco de la foto de el de niño encima de la mesa de madera que estaba aún lado, y arriba del marco, dejo el anillo de rosa, el tomo el anillo viéndolo detalladamente, mirando alrededor, de nuevo le dolió un poco la cabeza, le llegaron recuerdos de su anterior sueño, esa mujer misteriosa de cabello rojo, encerró el anillo en su mano, al hacerla puño, soltó un suspiro viendo hacia la puerta.



—¿Willy? —le hablo Charlie acercándose algo preocupado, de nuevo el parecía que estaba en otro mundo, era normal en él, pero esta vez se veía diferente, por qué vio como el chocolatero toco su pecho, justo donde estaba su corazón.

—Él no le respondió y salió corriendo de la habitación, los Buckest lo siguieron por detrás, curiosos de que ¿Qué le pasaba y a dónde iba?.



Willy wonka, tenía en su mente sus dulces, elaboraba los dulces a través de lo que su corazón sentía, pero su corazón,ahora, era simbólicamente una mujer, una bella y maravillosa mujer, de la que él estaba profundamente y verdaderamente enamorado, de cabello rojo y ojos azules, que parecía una doncella, esa era Giselle y sin ella, él no puede hacer los dulces que todo mundo alababa, al correr por los pasillos, mientras buscaba con la mirada a la chica, se le venían todos los recuerdos, lo que pasaron juntos, desde el momento en que la conoció, cuando le dio un tour por su fábrica, cuando se besaron por primera vez, cuando bailaron juntos, el momento en que la tomo en sus brazos en medio de una tormenta de nieve, pensando que la iba a perder, ese instante en que se arrodillo ante ella y le enseño el anillo, ese dichoso anillo de oro y con incrustación de una rosa, si, era ese anillo que llevaba ahora en su mano, apretándolo fuerte para que no se le cayera, termino llegando al “cuarto de chocolate”, la alcanzo, viéndola de espaldas, la tomo del hombro girándola para verla cara a cara, el con un rostro de asombró, se acercó mucho a ella, invadiendo su espacio personal.



—Willy —lo nombro y lo miro con melancolía, tenía rastros de que había llorado.

—El pasó su pulgar por su mejilla, limpiando la lagrima que había caído, mirándola fijamente, con sus manos toco sus mejillas, tocando su bello rostro, acariciando su cabello y viendo el color.

—Se sonrojo un poco, viéndolo con los ojos bien abiertos—¿Qué pasa?

—Giselle.

—¿Eh? —alzo las cejas confundida.

—Abrió sus violetas ojos y la apunto con su dedo impresionado exclamando—¡Giselle!

—Sí, soy yo..¡Oh..¿me recuerdas?! —fijo sus ojos en él, esperanzada.

—El tomo sus manos y sonrió amplia mente mostrando sus perfectos dientes—¡Si, eres mi bella pelirroja, mi esposa, mi musa, mi corazón! —le grito extasiado y feliz.

—¡Ah! —Grito alegre la chica dando pequeños saltos de felicidad y se le lanzo encima, abrazándolo, cayeron sobre el pasto de menta,al chocolatero se le cayo su sombrero—¡Willy, te extrañe, eres tú de nuevo, que alegría! —grito cerrando sus ojos y apretándolos, derramando lágrimas.

—El correspondió su abrazo, tirado en el suelo, ella estaba arriba de el, sonrojado—A mí también me alegra recordarte y verte de nuevo, la miro a los ojos, acercándose a sus labios, apunto de besarse.



Los buckets apenas llegaron viendo la escena, de ambos excéntricos apunto de besarse, la Sra Bucket, le tapo los ojos a Charlie, este solo rio un poco, Giselle se percató de su presencia y se alejó algo apenada del chocolatero, Willy solo frunció los labios algo molesto, por que interrumpieron su beso.

.

.

Al día siguiente, era viernes, el día en que Willy wonka iba  presentar su nuevo producto “El dulce de la memoria” que al fin, había salido bien,Charlie y el habían trabajado duro y por un tiempo,asi que ambos estaban satisfechos puesto que al fin lo lograron,después de tantas molestias,Giselle estaba cercas del publico y la prensa,unos de los reporteros se acerco a ella algo extasiado y ansioso.


—¡Señora Wonka! —grito deteniendo su andar viendo a la pelirroja.

—Oh,reportero Fred —lo reconoció la doncella puesto que era uno de los que se dedicaban a dar las noticias relacionadas a Willy wonka y su fabrica—¿Que pasa?

—El Sr.Wonka,no lo veo aun por aquí,ya esta por empezar la conferencia.

—¿Eh,mi esposo aun no llega? —cuestiono confundida con sus ojos bien abiertos.

—No,debemos empezar ya,esta oscureciendo —decía en un tono de preocupación,giro sus ojos de lado— Y la verdad es que...¡Ahh! —hecho un grito asustado,ya que el chocolatero se encontraba aun lado de el con una sonrisa que extrañamente daba un poco de miedo—¡S-señor Wonka,no me di cuenta que..! ¿h-hace cuanto estaba aquí?

—Mi querido Fred,eso no importa,tenemos poco tiempo para la conferencia,así que ¡vamos a empezar! —dijo divertido y riendo tontamente emocionado,acercándose a Giselle sin borrar su sonrisa—Mi lady —la saludo tomando su mano y besando esta.

—Willy,estábamos preocupados ¿donde estabas? —le pregunto la pelirroja feliz.

—Revisando algo en la fabrica,pero ya todo esta bien —le sonrió y ella se acerco a el dándole un beso en la mejilla y el rió por debajo sonrojado,notando un flash de una cámara,se giro confundido viendo que el reportero Fred les tomaba fotos—¡Ah,deja de fotografiarnos,es incomodo!

—Usted perdonara Sr.Wonka, pero es que ambos lucen extremadamente bien juntos,solo unas cuantas mas por favor. —suplico apasionadamente.

—¡Ya basta! —grito algo molesto Willy dando la espalda.

—Cariño,tranquilo —le hablo Giselle con esa voz tan dulce y relajada—Solo son fotos —sonrio—Ademas sera mejor que ya inicies la conferencia.

—La vio a los ojos y sonrio—Tienes razón,




El chocolatero estaba ahora de pie, arriba de un pequeño escenario, afuera de su fábrica, en la entra precisamente, con sus gafas, vestido tan extravagante, con imágenes del dulce, el producto en físico arriba de una mesa, con su empaque original, mucha gente estaba viéndolo desde cierta distancia, bueno hasta donde los guardias los dejaban acercarse, los Buckets estaban por donde estaba el público pero en una zona más cuidad por los guardias, digamos “zona VIP”, y Giselle estaba muy cercas de Willy pero lo suficiente como para no ser ella el centro de atención, Wilbur Wonka estaba por donde se encontraban los Buckets, cruzado de brazos y con una ligera sonrisa en sus labios, muchos reporteros estaban fotografiándolo y escuchando las palabras del hombre con sombrero de copa.



—Hola —saludo el algo incómodo, ante tanta atención, pero decidió relajarse,sacando unos pequeños papeles que parecía tener anotado sus palabras, hablando a través de un micrófono—Estoy feliz por este nuevo proyecto que es el mejor de este año y del que sigue —dijo siendo algo arrogante—Solo les quiero decir que estoy seguro que les encantara, es un producto innovador, las personas que sufren de mala memoria sé que les ayudara mucho, además de que tienen un exquisito sabor, así que ¡a comprar! —grito alzando un poco sus manos,riendo tontamente y guardo los papeles dentro del bolsillo de su abrigo.

Todos aplaudieron hasta los de seguridad, al mismo tiempo que un reportero de muy cercas le grito

—¡Una pregunta! —Grito un reportero alzando su mano y el chocolatero le concedió la palabra—Nos habíamos enterado que había perdido la memoria, realmente esto nos sorprendió y nos preguntamos ¿ahora puede recordar todo?

—Claro, no tenía idea de lo que me paso pero mi familia, me conto todo, ¡qué barbaridad, casi olvido por completo las dos cosas más importantes de mi vida! —exclamo Willy usando el micrófono.

—¿Pero exactamente como recupero su memoria? —le cuestiono otro alzando la voz para escucharlo.

—Bueno —alzo su mirada pensando—Pues mi mente tuvo mucho que ver, y mi corazón —se tocó el pecho y continuo—Pero también me ayudo un poco la magia.

—Giselle de lejos lo escucho y abrió sus ojos >>¿Este de verdad es Willy? a cambiado un poco<< —se preguntó impresionada y sonriendo >>¿Ves?, la magia existe<<

—¿Está tratando de decir que la magia después de todo si existe? —continuo su pregunta el reportero.

—Pues, si, parece que si—dijo sonriendo—A veces la “magia” nos puede ayudar en ciertas cosas ¿no lo creen?

Muchos reporteros se miraron extrañados, bueno no era de impresionarse esas palabras venían de Willy Wonka,y estaba algo loco.



—De hecho me siento como nuevo, siento que estoy viviendo nuevamente, por que recordar es volver a vivir —concluyo y los reporteros no dejaban de tomar fotos y otros comentaban.

—¿Realmente la magia existe? Es impresionante.

—Recordar es volver a vivir, que sabias palabras del Sr.Wonka, en la revista “The Time” esta frase será el titulo para el artículo y reseña de este producto

—¡Oh, es una gran idea!



Continuaron hablando, entre ellos, después de una hora , la presentación y conferencia había terminado, Willy bajo del pequeño escenario, no vio a su esposa y a su familia cerca, a cambio se encontró a su padre, quien le sonrió y lo abrazo algo intimidado, él le correspondido sintiéndose ya normal, se estaba acostumbrando poco a poco a su afecto, uno que no tuvo con él por muchos años.

—Felicidades Hijo, estoy orgulloso, no podía esperar menos de un Wonka —dijo tranquilamente mientras se apartaba para verlo.

—Gracias, p-padre —respondió Willy un poco nervioso pero feliz.

—Lamento que no pueda acompañarte en “tu día” pero, tengo trabajo que hacer, igual quiero que te cuides y sigas trabajando a un mejor, que como ahora.

—Te lo prometo —asintió sonriendo.

—Bien, y te tengo un regalo —saco de su bolsillo de su abrigo, una cajita y se la entregó en su mano.

—¿Qué es esto? —le pregunto y el hombre de cabellos blancos no le respondió, el clavo sus ojos violetas en la cajita leyendo “Hilo dental”, rio tontamente.

—Recuerda usarlo todos los días William —le aonsejo su Padre sonriendo.

—Si —rió tontamente y lo guardo en su abrigo negro—No me sorprende viviendo de ti.

Ahora los Buckets y Giselle estaban dentro de la fábrica, todo el cuarto de chocolate, estaba adornado con globos y una mesa llena de comida, junto con un pastel, de chocolate obvio, sentados en la mesa a excepción de Giselle quien estaba de pie, esperando a que llegara el cumpleañero.

Willy abrió la puerta usando su numeroso llavero y al abrirla vio todo el cuarto de chocolate adornado con globos y serpentinas, a su familia sentada en una mesa, hasta los abuelos estaban ahí pero en la cama, no tiene idea de cómo lograron sacarlo de la casa con todo y cama, el extasiado miro a su alrededor sonriente.



—Sabemos que es tu cuarto favorito y por eso decidimos hacer la celebración, aquí —dijo acercándose a el Charlie y lo abrazo para luego alejarse y verlo sonriente.

—¿Ah, qué pasa? —les cuestiono algo dudoso al ver que los padres de Charlie también se acercaron con regalos.

—Es tu cumpleaños Willy, amor —sonrió Giselle y lo abrazo.

—Correspondió—¿Así?, creo que por tanto trabajo y mi anterior “amnesia” lo había olvidado.

—No, tienes prohibido olvidar —le sonrió y lo beso repentinamente.

—Los Sr y Sra Bucket de nuevo le taparon los ojos a Charlie y este dijo.

—Señor y señora Wonka no olviden que soy un niño —rio divertido.

—Willy solo rio un poco y correspondió el beso de su esposa, después de unos segundos separándose para verla a los ojos, la tomo de la cintura y miro a los Bucket con una sonrisa—Es mi primer cumpleaños que la paso con ustedes.

—Si, y esperemos que te la pases bien —le comento la madre de Charlie con una sonrisa.

—Willy,yo .. —lo llamo el Sr.Bucket rascándose la nuca, mirando el suelo—Lamento a ver dicho que, bueno lo que te paso, por mi culpa los medios se entraron y, bueno debiste sentirte incómodo.

—No se preocupe Sr.Bucket,yo se lidiar con la prensa, así que no importa, eso ya paso —le respondió y se giró a ver a Giselle embelesado.

—Gracias —agradeció el Sr.Bucket soltando un suspiro de alivio y tomo asiento en la gran mesa llena de comida.

—Te tengo un regalo, cariño —le dijo la pelirroja viéndolo para luego alejarse y correr hacia la dónde estaban los abuelos, ellos le dieron una caja envuelta en papel de regalo color purpura, con una sonrisa de nuevo se acercó a él y le entrego el regalo en sus manos—¡Feliz cumpleaños!.

—¡Oh! —abrió sus ojos y alzo sus cejas impresionado—Gracias, cariño, ¿Qué es? —cuestión y recargo la caja en la mesa, abriendo algo desesperado el regalo.

—Es una sorpresa —dijo riendo—Y ábrelo tranquilo, el regalo no va ir a ninguna lado —>>Adoro que se comporte como un niño a veces<<.

—De la caja saco un abrigo color azul marino, de una tela tan suave y que parecía de tercio pelo, se parecía mucho a los tipos de abrigos que él se ponía—Vaya, esta ¡de pelos! —dijo riendo tontamente mientras veía el abrigo.

—¿Te gusta? Yo misma lo hice.

—¿De verdad? entonces tiene aún mayor valor para mí, ¡me lo pondré ahora mismo! —sonrió y se quitó el abrigo que traía, poniéndose el abrigo azul, que parecía que estaba hecho por un diseñador profesional.

—Te quedo muy bien Giselle —la felicito Charlie mientras comía una barra de chocolate.

—Gracias —le sonrió al niño, la chica.

—¡Ah, sí lo olvidaba! —grito Willy sonriendo y a punto de salir del cuarto de chocolate, Celeste apareció, usando su barita, le entrego en sus manos al chocolatero un ramo peculiar, en sus manos.

—Gracias Celeste y también —la miro desde arriba, la criatura azul flotaba casi por el techo—Gracias por ayudar a que bueno, recuperara la memoria.

—No fue nada, te aprecio por que se que mi ahijada te quiere mucho, eres como la otra mitad de Giselle —sonrió—Ahora debo irme, de vuelta a Andalasia, pero si me necesitan, si me necesitas, sabes ahora que puedes contar con la magia ¿verdad?

—Ah, sí, lo sé —la miro con determinación.

—Bueno, hasta luego —se despidió y destello luz, para esfumarse como polvo en el viento.

—¡Giselle! —grito Willy emocionado, corriendo hacia ella y donde estaban los demás, cercas del río de chocolate y de la casa, el corría sosteniendo su sombrero para que no se le cayera, alzando el ramo como si fuera una bandera, como si quisiera que todos lo vieran.

—¿Qué pasa, cariño? —le pregunto la doncella de pie viéndolo.

—¡Tengo algo para ti,yo mismo lo.. —no termino de hablar, se había tropezado y caído al césped boca abajo.

—Rio un poco y después corrió hacia donde estaba preocupada—¡Willy!

—La Sra.Bucket vio la escena de como el chocolatero se calló, y dijo conmovida —Ah, pero que tierno —noto que su esposo se quería reír y ella le lanzo una mirada de enojada, el Sr.Bucket guardo silencio.

—Willy nunca cambiara —comento Charlie sentado ahora en la cama con sus abuelos.

—Creo que es algo torpe cuando se trata de mujeres —comento el Abuelo Joe y todos rieron.

—¿Estas bien, cariño? —le cuestiono Giselle y el se levantó rápidamente acomodando su sombrero de copa.

—Sí, estoy bien, mira —le enseño el ramo, tenía flores de rosas, color rosa y en medio chocolates en forma de flor, bueno simulaban serlo.

—¡Oh, es tan bonito! —Lo tomo en sus manos—Un ramo de chocolates.

—Sé que te gustan las flores, pero también que te gusta el chocolate—Sonrió.

—Gracias, pero no es mi cumpleaños —recordó algo confundida sosteniendo el ramo con una sonrisa.

—Ya lose, pero es para agradecerte.

—¿Por qué?

—Por,a verme ayudado a recordar, y por ser tu mi corazón, por ti es que hago dulces, Giselle —la tomo de la cintura con una sonrisa—Siento que estoy en una nueva vida.

—¿De verdad? Yo —bajo la mirada para luego verlo—Yo también siento que estamos en una nueva vida, por qué bueno, recordar es volver a vivir ¿no?

—Y yo quiero pasar el resto de mi vida contigo —le beso la frente con ternura.

—Yo también —lo miro sonrojada—Y fue divertido conocerte de niño, ahora te admiro más que antes.

—¿Por qué?

—Por todo lo que pasaste, sé que tu infancia fue dura, y que por muchos años te sentiste solo, pero ahora, tienes a tu familia —le indico con sus ojos, a que viera a los Buckets, estaban sirviendo la comida— Ellos nunca te abandonaran y —de nuevo lo miro sonriendo—Me tienes a mí, jamás te dejare solo.

—El la miro con los ojos cristalinos y la abrazo repentinamente, hablándole al oído—¿Lo prometes?

—Te lo prometo.

—Él se separó de ella, viéndola, con sus violetas ojos cristalinos, se limpió con su mano, no quería llorar, prefirió sonreírle—Vamos, nos esperan —tranquilo, la tomo de la mano señalándole a que fueran a la mesa, a comer.

—¡Si, Vamos! —grito enérgicamente y corrió llevándoselo consigo, el solo la siguió algo sonrojado.

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Queda claro, que recordar forma parte de nuestra vida, saber quién eres, saber el ¿Por qué vives? La vida  no es solo crear una meta, es también recordar momentos que pasaste, es tener presente a las personas o a la persona que amas, tener presente lo que amas, después de todo ¿De qué sirve vivir, la vida, si no tienes recuerdos de esta? Por eso siempre recuerda, aunque sea bueno o malo, recordar es volver a vivir.

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2 comentarios:

  1. Esta hermosa la historia me encantó

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    1. Gracias que bueno que te gustó. (Mary-Escritora novata)

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